El ministro de Consumo, Alberto Garzón, se ha puesto en el ojo del huracán él solo después de sus declaraciones en el diario británico The Guardian sobre el sector cárnico español y las macrogranjas. Las opiniones que expresó Garzón fueron interpretadas por algunos sectores como un ataque a la industria española, una interpretación que no sólo ha ocupado las declaraciones de la oposición, sino también las de miembros de su socio de gobierno: el PSOE. A pesar de la gran indignación que las palabras del ministro han causado, este da "por hecho" que acabará la legislatura en su cargo.

En una entrevista en El Periódico de España, el ministro de Consumo se ha mostrado seguro en el cargo. Garzón ha considerado que sus declaraciones fueron "impecables" y ha asegurado que la polémica por estas forma parte de una "mentira promovida por el lobby cárnico que las derechas impulsan por intereses partidistas" y de cara a las elecciones del 13 de febrero en Castilla y León.

"No les saldrá nada bien esta jugada, porque el modelo de las macrogranjas está ampliamente cuestionado en el mundo rural", ha señalado al respecto, para cargar contra el PP y el candidato del partido en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. Además, Garzón ha señalado que sus declaraciones no son una expresión personal, sino una línea de trabajo en la cual su ministerio hace tiempo que se enfoca. "Estamos firmemente convencidos de la necesidad de abordar esta temática", ha manifestado.

El ministro ha avanzado que se volverá a posicionar en contra del modelo de macrogranjas, incluso después del alboroto que ha generado su entrevista. "No es la primera vez que lo decía y no será la última", ha remarcado. Ha considerado que su discurso desagrada a algunas grandes compañías. "Sabía que lo que tenía que cambiar no les gustaría a muchas grandes empresas, con muchos recursos, contactos; y todo discurre dentro de lo que se esperaba. Nos votaron para transformar la sociedad y estas grandes empresas no quieren transformar la sociedad, y es legítimo. Pero a nosotros nos votaron y a las grandes empresas, no", ha afirmado.

Silencio de Sánchez

A pesar de la confianza de Garzón de mantener su puesto en el Gobierno, la decisión depende del presidente Pedro Sánchez. El ministro ha informado de que no ha hablado con el presidente del Gobierno estos últimos días con respecto a la polémica, pero sí que se ha coordinado con la Secretaría de Estado de Comunicación.

El silencio de Sánchez puede ser una buena señal para Garzón, que no es en la primera polémica en la que cae de lleno. Anteriormente, con el consumo de carne, el presidente español sí que metió baza pero para hacer mofa de las políticas de su ministro.

"Yo estoy muy cómodo defendiendo lo que estoy defendiendo y lo seguiré haciendo. Es necesario para proteger el planeta y para proteger la España vaciada. Soy una persona, podría equivocarme o tener un traspié. Pero no es el caso. En este caso, lo que dije fue impecable", ha sentenciado el ministro y ha añadido: "Estoy haciendo un buen trabajo". Hecho por el cual confía en que se quedará en el Ejecutivo de Sánchez.