Carme Forcadell apuesta por que una mujer de izquierdas presida el Parlament y por que el Govern sea paritario. La ACN ha entrevistado a la expresidenta en puertas del 8-M, y recuerda que la ley de igualdad de la cámara obliga a que la Mesa también tenga la mitad de representación femenina. A Forcadell le dio "vergüenza" que, en cambio, la Mesa de la última legislatura tuviera una sola diputada al inicio —dos al final— en un total de siete sillas.

El exdirigente de ERC también afirma que muchas de los presas comunes no habrían delinquido sin haber sido antes víctimas del machismo. De hecho, Forcadell denuncia la desigualdad de género "estructural" en los centros penitenciarios, como por ejemplo en los programas de reinserción, "hechos y pensados para hombres".

Encarcelada en Wad-Ras, pero todavía con el permiso del tercer grado, Forcadell atiende las preguntas de ACN y pide a los partidos que cumplan la ley de igualdad del Parlament para formar una Mesa paritaria. La expresidenta de la cámara exige que "no vuelva pasar" como en la última legislatura, y que las instituciones sean "modélicas". "Si exigimos a la sociedad y a las empresas que haya paridad, las instituciones también lo tenemos que ser".

Forcadell cree que, de acuerdo con los resultados del 14-F, la presidencia del Parlament la tendría que tener alguien de izquierdas, y admite que "le gustaría" que fuera una mujer: "La discriminación positiva ha funcionado a lo largo de la historia", ha argumentado. La exdiputada de ERC defiende que a los hombres no se les pregunta si están "capacitados" para ocupar sillas y órganos de dirección, de manera que con las mujeres tampoco se tendría que hacer: "Estamos igual de capacitadas", concluye.

 

Conselleria de feminismos

Forcadell, firme defensora de la igualdad entre mujeres y hombres y de la lucha feminista, apunta que "le gustaría mucho" poder tener alguna responsabilidad política en este ámbito. De hecho, explica que la conselleria de Feminismos e Igualdad que quiere crear ERC en el nuevo Govern sería "la única cosa" que le haría dar "un paso adelante" para volver a primera línea política.

Forcadell, sin embargo, recuerda que está inhabilitada por el Supremo a 11 años y 6 meses de inhabilitación —además de la condena de prisión de la misma duración— por el delito de sedición, de manera que no puede ocupar cargos públicos: "Estoy inhabilitada, pero puedo dar mi opinión", concluye.

Sea como sea, la exlíder de la ANC subraya que la conselleria tiene que trabajar para intentar solucionar la discriminación contra la mujer, "especialmente la violencia machista". Tanto es así, que Forcadell subraya que "la revolución del siglo XXI llegará de la mano del feminismo y el ecologismo".

Machismo en las prisiones

En la entrevista, la expresidenta del Parlament constata las desigualdades que sufren las mujeres, también en los centros penitenciarios. Forcadell ya lideró una revolución feminista en la prisión de Mas d'Enric (El Catllar). Hizo del movimiento su día a día para "empoderar" a las 32 mujeres con quienes compartía módulo, intentando que las demás internas reflexionaran sobre su papel como mujeres, dentro y fuera de Mas d'Enric.

Una vez en Wad-Ras (Barcelona), Forcadell destaca que esta prisión es la única que sólo es para mujeres, que es un centro mucho más pequeño, y con madres y niños de hasta 3 años: "Da un calor que no tienen otras prisiones", comenta. En cambio, lamenta que el resto de centros penitenciarios de Catalunya estén "hechos y pensados para hombres", con un módulo de mujeres aparte.

Forcadell reflexiona sobre la situación de muchas de las mujeres encarceladas: "Me he dado cuenta que la mayoría han delinquido, pero que también son víctimas. Y a veces pienso que si no hubieran sido víctimas, no serían delincuentes. No sé qué es primero. Y esta reflexión me ha llevado a trabajar para evitar que estas mujeres tengan que llegar a prisión. Porque si hubieran tenido las mismas oportunidades que otras, no habrían llegado a la prisión", subraya.

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Carme Forcadell durante la entrevista con la ACN / ACN

Todavía en clave feminista, Forcadell expone que ha ido trabajando sobre todo en la autoconciencia, para explicar la importancia del movimiento, y para que las otras presas ganen autoestima. La expresidenta del Parlament destaca que de toda la población reclusa sólo entre un 6 y un 7% son mujeres pero que, en cambio, se las encierra en centros "hechos y pensados" sólo para los hombres. "En vez de premiarnos, nos castigan en prisiones de hombres", denuncia.

Forcadell critica el machismo estructural de la sociedad, pero también el que está presente en los centros penitenciarios. La exdiputada lamenta que tanto los trabajos como las instalaciones deportivas o los programas de reinserción "están mayoritariamente pensados para hombres". Esta realidad de injusticia obliga a las mujeres a "buscar su espacio, abrirse camino y moverse en un mundo de hombres". En definitiva, a superar una "doble lucha": la de la condena y la de la desigualdad.

"La prisión refleja que la sociedad es machista. Y el machismo es estructural, de manera que también está en la prisión". A modo de ejemplo, Forcadell manifiesta que los programas de reinserción para mujeres tienen "mucho que ver" con la familia y la maternidad, ámbitos que no se incluyen en las tareas laborales para los hombres. "Estamos estigmatizadas por todos lados", concluye.

Imagen principal: La expresidenta del Parlament, Carme Forcadell / Sergi Alcàzar