El expresidente del Gobierno español Felipe González ha asegurado que él hubiera suspendido al Govern catalán por violentar la Constitución y el Estatuto de Cataluña tras aprobar las leyes de transitoriedad y del referéndum, y que hubiera tratado de evitar la vía judicial como respuesta.

El expresidente español ha criticado al Gobierno de Mariano Rajoy por no actuar y ha considerado que no hay motivos para solicitar una mediación internacional. "Yo hubiera suspendido a los responsables que han violentado la Constitución y el estatuto de autonomía en sus funciones y hubiera tratado de excluir la vía penal y la vía de los jueces", ha asegurado González.

González ha lamentado no sentirse "representado" por el Gobierno español y tener cierto sentimiento de "orfandad", como cree que le sucede a muchos ciudadanos. "No me siento representado. No me obliguen a votar en blanco. En crisis de estado yo quiero que me represente el Estado y no lo veo. No lo encuentro. Me da sentimiento de soledad. Podría fallarte tu propio partido, pero ese hueco debería llenarlo el Estado", indicó.

El expresidente ha afirmado que él apoyaría al Gobierno español "si el Gobierno hiciera lo que tiene que hacer" y ha añadido que el PSOE debería apoyar al Gobierno español si éste hace "lo que tiene que hacer". "Me inquieta cuando Rajoy dice: 'No me obliguen a hacer lo que no quiero hacer', porque yo creía que le pagábamos para hacer lo que tiene que hacer", ha afirmado González.

Sobre la actuación de las fuerzas de seguridad, ha comentado que "siempre es lamentable que haya heridos", pero ha subrayado que todos los cuerpos estaban actuando como policía judicial. Por su parte, lamenta la pasividad de los Mossos, un cuerpo que en su opinión había tenido un comportamiento profesional "correcto durante mucho tiempo hasta que se han contaminado de la política equivocada de los representantes del Gobierno catalán".

Por último, con respecto al jugador del FC Barcelona Gerard Piqué, que ha defendido el "derecho a votar", González ha dicho que le encantaría explicarle que la Federación Española de Fútbol podría decidir unilateralmente cambiar las reglas del juego, pero que entonces quedaría excluida de las competiciones internacionales por no atenerse a las normas pactadas