La portada de El Periódico de este domingo ha reavivado un fenómeno que en muy poco tiempo será sistemático, afilado y doloroso para los medios y sus periodistas: la ciudadanía espesa y digital de las redes sociales te edita la portada (o la información) y te hace ver que su interpretación es más legítima que la tuya. Hablamos de ciudadanos formados y corteses, que te pueden dejar fácilmente en ridículo con razones y argumento (¡y buen humor!), no de troles, gamberros o bandarras. Hoy día, la portada la haces y/o te la hacen.

La página en cuestión gira sobre una encuesta interesantísima que el diario ha interpretado con este título:

Los datos que sostienen esta valoración (votar sobre la independencia divide la gente) resultan, según el diario, de contraponer el 49,6% de encuestados que quieren hacer el referéndum "quiera o no el Gobierno central" al 48,8% que suma a los partidarios del "no, en ningún caso" (el 13,8%) con los favorables al referéndum "sólo si es| legal y acordado con el Gobierno central" (el 35%):

Es decir, el diario agrega a un tipo de partidarios del referéndum con los antagonistas del referéndum y los opone a otro tipo de partidarios del referéndum. ¿No sería un retrato más fidedigno de la cosa sumar todos los tipos de partidarios del referéndum y contraponerlos a los que no lo son?

Claro, todo depende de lo que se quiera saber. Así, de entrada, conocer cuántos son partidarios del referéndum (unilateral o no) es el kilómetro cero, la Primera Gran Pregunta de cualquier encuesta sobre el proceso. La forma más sencilla de responder la cuestión es... sumar a los partidarios del referéndum. Parece más limpio, menos interpretable, más... real.

Algunos, en este tipo de consejo de redacción colectivo y continuo que son las redes sociales, han reeditado la portada de esta manera:

Cambia eh. Impresiona mucho que el 84,6% de los encuestados ("de los catalanes") quiera decidir en referéndum la pertenencia o no de Catalunya al Estado español. Para ser justos, el titular corregido debería eliminar la palabra "unilateral". Quedaría "El referendum une a los catalanes", que es una deducción más verosímil. El mismo director de El Periódico, se ha molestado con esta reinterpretación y lo ha dejado saber:

Sea como sea, la portada del diario del Grupo Zeta ha provocado mucho malestar en las redes. Ha sido uno de los grandes asuntos del día:

Da la impresión que El Periódico suma los resultados como queriendo equilibrar la mayoría de quienes desean "referéndum sí o sí" –más o menos, el perímetro electoral del independentismo desde el 27S.

Eso sólo se entiende si el editor de los resultados piensa que todos los partidarios del referéndum "pactado y acordado" votarían 'no' a la independencia y, por lo tanto, se pueden sumar con los contrarios al referéndum, que, estos sí, seguro que votan 'no'. Pero eso –que no se sabe si se pregunta en la encuesta ni se explica en la información– es de mal deducir así, por tus pistolas, como hace el diario.

Otra explicación es que no les gustaron mucho los resultados y, viendo cuán& minoritario era el grupo que rechaza el referéndum, lo añadieron a quienes lo quieren pactado y acordado para poder decir lo que querían decir desde el principio: que las elecciones "dividen" a la gente, con sesgo negativo. Una tercera motivación es que lo hicieron apenados por la soledad& de la minoría. Pero, bueno, es muy difícil que haya sido por alguno de estos motivos –o ambos– porque estas cosas, en los diarios serios, no pasan.

Encuesta y referéndum

Al mismo diario también le han rehecho la portada respecto a la Segunda Gran Pregunta: "¿Votaría 'sí' o 'no' a la independencia?". Los resultados, tal como los ofrece El Periódico, son estos:

De estos datos, el diario deduce que "el 'sí' a la secesión cuenta con un colchón de 8,6 puntos sobre el 'no', pero sigue sin llegar al 50% de los votos. La independencia se impondría ahora mismo con el 48,9%, mientras que sus detractores se quedarían en el 40,3%".

Estas conclusiones son un error. En un referéndum, al contrario que en una encuesta, el recuento se hace sobre los que han votado efectivamente y no sobre el censo electoral. Es decir, que del recuento hay que excluir los que no votan y los sabe/no contesta. Los resultados de la encuesta trasladada a referéndum son estos:

Es decir, que el 'sí' rebasa por casi cinco puntos el 50% y gana al 'no' por 9,64 puntos. Todo eso puede gustar o desagradar, ser conveniente o inconveniente, estético o antiestético, estimulante o decepcionante. Pero estos debates son otro cantar. Las cifras dicen lo que dicen.

Hay otros datos interesantes de la encuesta que algunos tuiteros perspicaces han sabido destacar y que, en cambio, el diario no ha sabido ver. Es la magia de las redes sociales, de la inteligencia colectiva:

La red también ha servido su ración habitual de buen humor:

Credibilidad y relato

Todo esto puede parecer un juego de manos sin sentido. El caso es que sobre las interpretaciones de estas cifras se construyen los relatos que explican el país. También se dibujan las actitudes de los medios, sobre todo de los, digamos, unionistas, que son los que ocupan más mercado en Catalunya –de largo en cuanto a prensa impresa y televisión– y marcan su credibilidad.

El domingo pasado, 12 de diciembre, La Vanguardia cocinaba unos datos electorales para deducir que "la independencia no es la próxima parada del sueño catalán. Lo piensan incluso más de la mitad de los que quieren marcharse de España". Añadía que "el apoyo a la causa independentista ha experimentado una caída espectacular". Etcétera. La encuesta de El Periódico ha matado este análisis, que no ha resistido ni una semana –la Semana Forcadell, para más inri.

Este domingo, el relato de uno de los analistas de El Periódico insiste. Dice que el sondeo (el suyo) "vuelve a radiografiar la Catalunya del empate. En las grandes alternativas, los catalanes siguen prácticamente empatados: en el sentimiento independentista o no independentista y en la aceptación o no de un referéndum unilateral. Después, al observar con detalle las opiniones, el empate en las cuestiones sustanciales se traduce en división [...]".

Bien. Cualquier referéndum a o no siempre y en todas partes "se traduce en división" entre partidarios del sí y partidarios del no (de la misma manera que un Barça-Español "se traduce en división" entre culés y periquitos o la tortilla entre "con cebolla" y "sin cebolla"). Eso es lo de menos. Son banalidades de la vida. El problema es que la encuesta no retrata ningún "empate", y eso desmonta el resto del relato –como han advertido otros comentaristas– y mancha la credibilidad de la cabecera.

Pasa en las mejores casas. Un mal día lo tiene cualquiera.