En las últimas elecciones en el Parlamento vasco, Ciudadanos sacó el 2% de los votos en Errenteria. En cambio, EH Bildu el 27,18% y el PNV el 23,54%. A pesar de todo, Albert Rivera estaba en su derecho de ir a la localidad guipuzcoana, un feudo de la izquierda abertzale donde no aspira a pescar ningún voto. Porque, sabiendo el rechazo que podía encontrar, miraba de puertas hacia afuera. Una fotografía de "odio nacionalista" que puede exportar al resto del Estado de cara a las elecciones generales. Era necesario después de un inicio de campaña realmente flojo, con dudas y cambios de planes constantes.

Al día siguiente de los hechos de Errenteria, fuentes del partido unionista reconocían que las protestas y disturbios contra Rivera podía suponer un impulso de cara a su campaña. El objetivo es "animar" a los votantes indecisos, demostrándoles que pueden confiar en ellos, que no tienen miedo de ir donde sea, a cualquier parte del Estado español, incluso a un feudo de la izquierda abertzale donde se celebran "homenajes a terroristas".

Este mismo lunes, en un acto sectorial no muy lejos de Madrid, el candidato de Ciudadanos hacía leña del árbol caído. Decía que sin la actuación de la Ertzaintza podría haber pasado "una desgracia" e instaba a la Fiscalía a actuar de oficio. También cargaba contra Pedro Sánchez por sus "socios de investidura", en referencia al apoyo de Bildu a las protestas.

Las imágenes de Errenteria son el combustible que necesitaba el candidato unionista para dar un impulso renovado a su campaña. Por ahora, los primeros cuatro días han estado marcado por las dudas y cambios de planes constantes. Desde la presencia de Inés Arrimadas, que las dos veces que tenía que acompañar a Rivera se ausentó, hasta los recurrentes cambios de agenda que ya tienen a los periodistas mareados. Por poner un ejemplo, el jueves santo tenía que ir a Granada, un acto que después pasó al miércoles y que finalmente se ha anulado.

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El chat fake

El toque original de la cuarta jornada de campaña también lo ha puesto Ciudadanos. Ha sido en forma de lona en la calle Goya de Madrid. Se recrea un grupo ficticio de WahtsApp llamado "Consejo de Ministros" e integrado por Pedro Sánchez, Quim Torra, Carles Puigdemont, Gabriel Rufián, Pablo Iglesias y Arnaldo Otegi. "¡Cerraremos este grupo!", promete el cartel de la formación.

En la supuesta conversación, Iglesias propone hacer una barbacoa en su chalet. Sánchez le dice que sería mejor hacerla en la Moncloa, Otegi que no puede porque tiene que ir a TV3 y Puigdemont dice que estará fuera. Entonces es cuando el presidente español se ofrece a recogerle con el avión presidencial Falcon. No se han dejado ningún elemento.