Cerrando las declaraciones de los testigos de esta semana del juicio al major, Josep Lluís Trapero, ha comparecido el que fuera jefe de la Guardia Civil en Barcelona, el coronel Mariano Martínez Luna. Fue él el contacto directo con Ferran López para resolver toda la situación entre Mossos y Guardia Civil.

Ha explicado que todos querían resolver la situación y que todos estaban "presionados". Y aquí es donde ha admitido que quizás las formas no fueron las más correctas. A medida que aumentaba la tensión, Martínez Luna era más duro con López hasta llegar a conversaciones cada vez "más tensas" e, incluso, con una palabra más fuerte, sobre todo por mi parte". Un hecho que hoy ha lamentado ante el tribunal y ante el mismo Ferran López, que sigue todo el juicio desde la misma sala en el espacio reservado al público.

"Todos estábamos presionados y todos queríamos solucionar aquello", ha recalcado el testigo, que, sin embargo, ha reconocido que, bajo su punto de vista, los Mossos no estaban dando la respuesta que se necesitaba y su estado de ánimo "no era el más favorecedor para ser amable".

 

 

Preguntado sobre si aquel día se comunicó con Daniel Baena, que era el mando de la Guardia Civil que dirigía todo el dispositivo, ha dicho que no lo recordaba. Significativo, porque entre los máximos responsables de los cuerpos policiales tenían que resolver la situación y coordinar efectivos para dar cobertura tanto a los registros que se hacían fuera de Barcelona como el que tenía lugar en la Conselleria d'Economia.

 

 

Martínez Luna ha sido el último de los testigos de hoy encabezados por los jefes de las unidades que intervinieron el 20-S por parte de los Mossos d'Esquadra. Todos ellos, con su intervención, han blindado tanto al major Trapero como a la intendente Teresa Laplana y han detallado todas las gestiones que se hicieron para mantener el orden público y para sacar con seguridad a la comitiva judicial del Departament d'Economia.

La semana que viene, más. Más mossos. Comparecen los que formaban parte de la prefectura y lo hacen a petición de la defensa de Josep Lluís Trapero y Teresa Laplana.