El estado deplorable de los furgones que la Guardia Civil utiliza para transportar presos ha acabado provocando malestar dentro del cuerpo hasta el punto que una organización que agrupa los agentes ha decidido hacer una denuncia pública. Los furgones presentan todo tipo de deficiencias y muchos no reúnen las condiciones de seguridad mínimas exigibles. Los asientos para los presos, detenidos y agentes de custodia no tienen cinturón de seguridad y están orientados lateralmente, los vehículos tienen filtraciones de agua en el suelo, chapado interior y exterior oxidado, corroído.

Esta es la descripción del panorama que ha hecho la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) en su web, donde en un comunicado destaca que muchas de las unidades en uso tendrían que estar ya retiradas de circulación. Son los furgones que utilizan a los agentes del Servicio de Protección y Seguridad. La entidad se queja de que los policías que tienen que conducir estos vehículos a veces lo hacen sentados encima de la espuma, que está a la vista, de los asientos que están llenos de agujeros.

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Asiento de un vehículo de la Guardia Civil / AUGC

Los furgones de la Guardia Civil acumulan miles de kilómetros

De acuerdo con los datos que tiene esta entidad, la antigüedad media de este parque asciende a 10 años, aunque en sitios como Madrid, Murcia, Salamanca, Málaga, Alicante y Valencia, hay furgones que fechan de 1998. La media de kilómetros recorridos van más allá de los 200.000. Los datos provienen de la información que el Ministerio del Interior ha facilitado al senador de Compromís Carles Mulet, que ha planteado varias preguntas parlamentarias. La asociación de guardias civiles denuncia que los vehículos no reúnen los requisitos mínimos de seguridad.

La situación es grave porque las condiciones de estos vehículos están reguladas desde el 2015 y ahora mismo la Guardia Civil las está incumpliendo, según la entidad. Una de las infracciones más destacadas es la falta de cinturones de seguridad. El AUGC denuncia que actualmente se trasladan presos y detenidos, incluso haciendo distancias largas, y estas personas tienen que ir sentadas sin la protección obligatoria.

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Interior oxidado de un furgón de la Guardia Civil / AUGC

Además, la situación se agrava porque los damnificados también son los mismos agentes que custodian a los detenidos en estos trayectos: tienen que ir sentados también en asientos rudimentarios orientados lateralmente. La entidad que agrupa a los guardias civiles advierte que todos quedan expuestos a posibles maniobras bruscas, frenadas y al riesgo consecuente para la integridad física e incluso la vida.

Los furgones no cumplen los requisitos técnicos regulados

Los guardias civiles también denuncian que los vehículos incumplen las especificaciones reguladas desde hace siete años sobre los sistemas de climatización y renovación del aire. Algunas unidades, además, tienen averiado el sistema de videovigilancia, no hay extintores, la salida de socorro no funciona y tampoco la iluminación interior. La asociación de guardias civiles reclama al Gobierno que tome medidas para solucionar todos estos problemas.