El presidente del Ecuador, Lenín Moreno, ha prohibido a Julian Assange "intervenir en la política y la autodeterminación" de países terceros, en clara referencia a los comentarios del activista sobre en la independencia de Catalunya. Moreno no se ha quedado aquí y ha asegurado que en caso contrario "se tomarán medidas", dejando entrever que lo echarían de la embajada ecuatoriana en Londres.

Esta es la primera vez que Ecuador, de manera pública y explícita, presiona a Assange sobre sus comentarios en las redes sociales, pero no es la primera vez que la amenaza con secuencias sobre este tema. De hecho, ya le vetaron el acceso a internet cuando España presionó a Ecuador sobre las opiniones del activista, desde entonces ya no ha podido usar más las redes sociales.

Wikileaks, la plataforma que creó Assange, ha salido, rápidamente, en defensa del activista, asegurando que "informar no es ningún crimen". La plataforma también ha criticado las palabras de Moreno asegurando que "se tomarán medidas" y ha recordado que la profesión de Assange es hablar, entre otras cosas, sobre cómo "la policía española agredió catalanes el 1-O".