Toni Roldán, Javier Nart, Francesc de Carreras, Manuel Valls, Eva Parera, Carolina Punset, Alexis Marí, Francisco de la Torre. Son sólo algunos de los nombres -los más conocidos- que han saltado del barco de Ciudadanos en los últimos dos años. Un degooteo de bajas que se ha intensificado a lo largo de los últimos meses. La disidencia crece y se organiza. Una setentena de excargos y exmilitantes de Cs se encuentran en pleno proceso de fundación de un nuevo partido, Constitucionalistas.

Sus impulsores explican a ElNacional.cat que justo después de las elecciones municipales de mayo empezaron a tantear el terreno para romper el carné y recuperar "la esencia de Ciudadanos". De momento son seis agrupaciones, muy ubicadas en el Vallès Oriental, que es donde ha germinado el proyecto capitaneado por el exconcejal de la formación naranja en Canovelles José Antonio Navarro. Según apuntan a este diario, cuentan también con la colaboración interna "de alguien que todavía forma parte de Ciutadans".

Este 11 de septiembre recibieron la comunicación del ministerio conforme Constitucionalistas quedaba formalmente inscrito en el registro de partidos. Desde entonces han intensificado los contactos con organizaciones y asociaciones que aspiran a representar el espacio de centro. Avisan de que su objetivo es presentarse a las próximas elecciones en el Parlament, sea solps o cerrando filas con otras fuerzas de un espacio en plena reconstrucción.

Muebles de decoración y control de asistencia

"El descontento y las discrepancias se remontan a finales de 2017 y se han alargado hasta ahora", asegura Navarro. Tanto él como el colectivo al cual representa critican tanto el fondo como las formas. Es decir, cuestionan que a lo largo de los últimos dos años, "Cs se ha movido sólo por intereses personales -de Rivera-, partidistas y electorales" y ponen como ejemplo el hecho "de haberse negado a facilitar la investidura de Sánchez forzando la repetición electoral", pero también la negativa de Arrimadas a intentar una investidura cuando ganó las elecciones catalanas del 21-D.

Con todo, la crítica más dura la dedican a la parte orgànica, a la gestión de la dirección del partido. Acusan a los dirigentes de actuar con "formas dictatoriales" y denuncian "el maltrato a la militancia de base y a los afiliados". En este sentido, ponen el acento en el cambio de trato que percibieron a partir del momento que la formación empezó recibir más subvenciones gracias a los resultados electorales y dejó de depender tanto de las cuotas de los afiliados. "Pasamos a ser sólo números, como muebles de decoración", afirma Navarro.

Los concejales que han acabado huyendo del Cs señalan el autoritarismo con que actuaba la dirección, que "marginaba o apartaba cargos públicos que expresaban opiniones discrepantes" y que incluso había coordinadores de agrupaciones obligados a pasar lista en los actos del partido para controlar si los cuadros asistían o no. Es más, destacan como se les prohibía dar apoyo a mociones locales de determinados partidos, aunque a nivel municipal los ediles consideraran que podían beneficiar el pueblo. Pero no sólo eso, en paralelo explican que estaban sometidos a un control absoluto de las redes sociales, donde no se les permitía emitir opiniones personales.

La intención de Constitucionalsitas es ir expandiéndose por el Área Metropolitana de Barcelona, pero también de Tarragona, Lleida y Girona y incluso fuera de Catalunya. Piensan en las Canarias, Murcia y Alicante.