El alcalde de Premià de Mar (Maresme), Miquel Àngel Méndez (PDeCAT), ha anunciado su renuncia al cargo, que ostenta desde el 2017, por falta de "motivación e ilusión" ante una situación política "increíblemente compleja" que, ha denunciado, hace que a menudo prevalezcan los "intereses partidistas o personales".

Méndez, que relevó al exconseller Miquel Buch al frente del consistorio del Maresme, ha hecho pública su dimisión este miércoles en un vídeo en que no ha revelado quien le sucederá, aunque fuentes de JxCat han adelantado a Efe que su sustituto podría ser Rafa Navarro, actual concejal de Enseñanza, Juventud, Comunicación, Participación y Políticas Digitales.

El hasta ahora alcalde accedió al cargo en diciembre del 2017 para reemplazar Buch, que hizo semillas el salto al Parlamento dando paso a quien había sido durante años mano derecha en el Ayuntamiento, un lugar que revalidó en los comicios municipales del 26-M con un gobierno en minoría en el cual se sumaron el junio pasado los concejales del PSC.

Trece años en el gobierno local

Precisamente a este pacto con la formación socialista, así como a la aprobación de los presupuestos, ha esperado Méndez para anunciar su renuncia después de trece años al gobierno local -diez como teniente de alcalde y tres como primer edil- una decisión que, ha admitido, tomó "hace bastante tiempo para poder dedicarse a su familia y amigos".

"No quiero engañar a nadie ni a mí mismo si a estas alturas la fuerza moral que se necesita para ser alcalde y liderar el proyecto del pueblo no está en los niveles adecuados. La necesaria motivación e ilusión por seguir adelante en el cargo de alcalde está en niveles muy bajos", ha señalado este miércoles.

Tal como ha explicado, cuando aceptó la alcaldía lo hizo "pensando que tenía la posibilidad de crear, construir y atender las necesidades de la población," metas que ha dicho haber conseguido durante la primera parte del mandato, pero que se vieron frustradas después de las elecciones municipales: "No lo equilibre político hizo que la situación fuera más difícil".

Coyuntura "increíblemente compleja"

Por eso, ha lamentado que la nueva coyuntura "increíblemente compleja tanto en el ámbito estatal como autonómico y local" lleve al hecho de que "en muchas ocasiones pasen por delante de las necesidades de atención de servicio a la población aquellos intereses partidistas o personales".

Durante los últimos tiempos al frente del consistorio, Méndez ha tenido que hacer frente también a polémicas de carácter social, como la gestión de un ataque racista a un piso ocupado por jóvenes inmigrantes o el endurecimiento de las condiciones de empadronamiento, que levantó incluso las críticas de Amnistía Internacional.

El principal activo de Méndez, sin embargo, es que deja las arcas del Ayuntamiento en una muy buena situación, sin deudas y unos impuestos bajos, lo que tiene que permitir a su sucesor impulsar nuevas iniciativas sin hipotecas previas.