El diario Neue Zürcher de Zurich, el más importante de Suiza, ha advertido que el españolismo se está radicalizando. "Un alzamiento patriótico ha barrido España durante un año, en respuesta al reto que plantea Catalunya. Se muestra un verdadero culto a la bandera. El estandarte rojo-amarillo-rojo ondea en los mítines y cuelga de los balcones en todas partes. Algunos españoles utilizan la bandera para subrayar una reivindicación de poder: "¡Eso es España!". Y lo acompañan con una petición para desmantelar la autonomía y la enseñanza escolar en el idioma autonómico", explica.

El rotativo ve ligado a este fenómeno la competición que existe entre el PP y Cs, que cree que los está desplazando hacia el extremo. "Los partidos de la derecha, el PP y los prometedores de Cs, están girando hacia la derecha. Competirán por posiciones tan conservadoras, incluso reaccionarias, como sea posible", pronostica.

Neue Zürcher diferencia este españolismo nacionalista del del gobierno de Pedro Sánchez, y afirma que éste sigue un "patriotismo constitucional". Podemos tampoco formaría parte del nacionalismo español, y recuerda que la formación de Pablo Iglesias aceptaría un referéndum en Catalunya. De todos modos, recuerda que en la sede del partido en Madrid avisan de un criterio que es sorprendente mirado desde la perspectiva suiza: "si alguien se aproxima demasiado a los independentistas catalanes, pierde las elecciones en España".

Neue Zurcher

"La desconfianza mina la democracia española" España ha sobrevivido a varias crisis graves en 10 años. Pero la crisis en Catalunya está lejos de haberse finalizado"

Según el diario, precisamente por esta razón "las posiciones están bloqueadas y el margen de negociación es muy limitado". Añade que el independentismo catalán y también Podemos fueron la reacción a una "profunda crisis sistémica de la democracia española" surgida en 1978, que hasta entonces había funcionado.

Neue Zürche asegura que España tiene dos reformas pendientes, que son la judicial y la territorial. Con respecto a los jueces, asegura que han mostrado "poca moderación" desde en la cuestión catalana a los titiriteros pasando por los raperos, con un "exceso de celo inquisitorial".

Pero apunta que la condición previa para solucionar un conflicto es tener confianza, y considera que ello es inexistente hoy por hoy en España.