Ver un desahucio en el barrio de Pedralbes de Barcelona no es nada habitual, como tampoco lo es que lo hagan con un piso de 290m². Pero siempre hay una primera vez para todo y ayer la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Barcelona paró uno en este barrio, el que tiene la renta más alta de toda la capital catalana.

Victòria Bonet ha tenido que poner diferentes candados en el ascensor del edificio ya que, generalmente, en estos pisos el ascensor se detiene dentro de la casa de cada vecino. El piso lo diseñó su padre, que era el conocido arquitecto Antoni Bonet, y está repleto de obras de arte y legado histórico que, asegura, tendrá que acabar vendiendo o dando para "poder vivir".

La PAH tuvo que hacer frente a la presencia –e insistencia– de cinco cerrajeros y siete personas de la propiedad, pero finalmente consiguió parar el desahucio y ha dado quince días –como mínimo– más de margen a la propietaria hasta que el juez se pronuncie.

15 días

"La PAH, que es de los únicos de quienes me fío, me han dicho que hay quince días seguros", ha explicado la propietaria en una entrevista en TV3, donde ha explicado que el secretario del juez ya le dijo que de un día para otro no se podía pagar y se ha lamentado de que "supongo que de aquí quince días volveremos a tener baile".

Entre las cosas que tiene previsto vender tiene una mesa que es un tronco de Punta Ballena (Uruguay), que ha viajado durante todo el exilio con ella y su familia "como si fuera una maleta más".

También tiene dos sillones BKF "únicos y originales" del año 1938 o una escultura de José Luis Sánchez –una de las figuras más destacadas de la escultura contemporánea española–, hecha a medida para la pared de su casa, entre decenas de otras obras de arte de mucho valor, como cuadros de Picasso hechos exclusivamente para ella.

Arruinada y pobre

Para Victoria, lo importante ahora es "tener una vivienda digna" porque reconoce: "Sí, estoy arruinada y soy pobre", pero, sin embargo, ha asegurado que "no bajaré la cabeza". Precisamente por eso, ha pedido "una oportunidad" para poder devolver la deuda porque, asegura, "cuando no tienes dinero, te sientes culpable, aunque no hayas hecho nada malo".

Con la cabeza alta –como ella misma dice–, la propietaria admite públicamente que debe dinero a la comunidad de propietarios que, a pesar de "cuando pueda recuperarme volveré", se lamenta de que "cuando te encuentras a un vecino te sientes muy mal".

Y es que, incluso, la comunidad la ha privado de tener luz impidiendo el trabajador de la compañía eléctrica entrar en la habitación de los contadores –lleva seis meses sin– y, también, le ha puesto una querella criminal pidiendo prisión, según explica, "por alzamiento de bienes", pero fue absuelta.

Su único objetivo ahora es, aparte de tener un piso donde pueda vivir, que no se pierdan las obras de su padre.