Si ayer entidades, partidos y organizaciones sociales presentaban el grueso de las manifestaciones para protestar contra el juicio, hoy la CUP ha ido un paso más allá con la presentación de la campaña "Ho tornaríem a fer".

Los cupaires parten de la base que "el Govern de Catalunya ha demostrado su falta de voluntad y de capacidad para defender los derechos sociales y políticos, empezando por el derecho a la autodeterminación." Ante esta inacción que detectan, la única solución, dicen, es "la autoorganización ciudadana".

Así lo ha verbalizado esta mañana el diputado Carles Riera, durante la rueda de prensa en que han hecho público el manifiesto "Ho tornaríem a fer". La receta que proponen es un "movimiento masivo de desobediencia civil y popular" como la mejor herramienta de defensa "contra los juicios y por la autodeterminación".

En este sentido, de cara al nuevo ciclo de movilización popular anunciado ayer unitariamente por parte de partidos y entidades, la CUP pone especial acento en la jornada de huelga general del día 21 de febrero. Por eso espolean a la ciudadanía a "la autoorganización de comités de huelga locales para parar todo el país". El objetivo es "emular el 3 de octubre".

Durante el acto de presentación la CUP ha aprovechado para denunciar que la represión no es nueva ni tampoco exclusiva de dirigentes políticos, sino que "hay miles de personas anónimas que han sido represaliadas desde hace años, desde la imposición del régimen del 78". Han sido las palabras de la alcaldesa de Berga, Montse Venturós, inhabilitada desde hace cuatro meses precisamente por desobediencia.