Nuevo Parlamento, viejas dinámicas. Las elecciones del 14 de febrero han relegado hasta el penúltimo lugar a quien hasta ahora era la primera fuerza en la cámara. Con sus seis diputados, Ciudadanos ha sentado ya las bases del papel que quiere ejercer en esta legislatura. No habían pasado ni diez minutos del inicio de la sesión constitutiva del nuevo Parlament, cuando en el auditorio ha vuelto a resonar el clásico: "Carrizosa, ¿por qué me pide la palabra?".

Como manda el reglamento, el pleno de constitución lo preside el diputado de más edad, que una vez más ha vuelto a ser Ernest Marargall. El dirigente de ERC ha aprovechado para dirigir unas palabras al resto de parlamentarios. Para empezar, dando la bienvenida a Meritxell Serret, que este jueves decidió poner fin a su exilio, presentarse ante la justicia y tomar posesión, hoy, de su acta de diputada en el Parlament.

Las primeras palabras de Maragall han hecho saltar al cabeza de filas de Ciudadanos, que ha pedido turno para denunciar que se estaba extralimitando de su "estricta función protocolaria", excluyendo "a la mayoría de catalanes". El presidente de la Mesa de Edad lo ha intentado tranquilizar garantizándole que cuando escuchara el discurso entero acabaría rectificando. Pero como era de esperar, no ha sido así.

Maragall ha hablado de presos políticos, de exiliados, ha cuestionado que España sea una democracia plena, ha criticado la "manía" de los tribunales en la persecución del independentismo y se ha comprometido a combatir a la extrema derecha.

Acto seguido, Carrizosa volvía a levantar el dedo. "Su discurso no se compadece con lo que piensa la mayoría de catalanes", ha advertido. "No hay presos políticos ni exiliados, hay condenados y fugados".

Cs, de primeros a penúltimos

Si las elecciones del 21 de diciembre de 2017, en plena ebullición del procés independentista, situaron a Ciudadanos, entonces con Inés Arrimadas de candidata, como primera fuerza en el Parlament de Catalunya, tres años después, la situación ha dado la vuelta como un calcetín.

El partido naranja ha perdido hasta la camisa y ha pasado de 36 a sólo 6 escaños. De primero a penúltimo grupo en la cámara catalana. Por detrás sólo tiene al PP, con tres diputados, uno de los cuales Lorena Roldán, que dio el salto de un partido al otro después de que Cs la apartara como candidata para poner a Carrizosa.

En la imagen principal, Maragall preside la Mesa de Edad. / ACN