La primera intervención del rey Felipe VI en televisión provocada por la crisis del coronavirus no ha incluido la más mínima referencia al terremoto que vive la Familia Real desde que se conoció que la fiscalía suiza investiga una cuenta de su padre, Juan Carlos I, con 100 millones de dólares, del cual el monarca y su hija serían beneficiarios. El monarca se ha limitado a hacer una apelación a la unidad, ha emplazado a los ciudadanos a "dar ejemplo" de responsabilidad y sentido del deber y ha garantizado que el Estado español superará la prueba i saldrá fortalecido.

Felipe VI ha comparecido en una alocución televisiva después de reunirse en la Zarzuela con el presidente español, Pedro Sánchez, y el comité de seguimiento de la pandemia. Ha sido la primera intervención desde que ha estallado la crisis por el coronavirus pero también desde que, hace tres días, anunció a través de un comunicado la decisión de retirar la asignación que los presupuestos del Estado fijan para su padre además de anunciar que renunciaba a la herencia de la cuenta suiza.

Unidad

No obstante, el monarca ha evitado hacer ninguna referencia a este episodio que ha desencadenado la peor crisis de la institución que encabeza desde que asumió la corona y ha decidido eclipsarlo tras la pandemia.

Se ha limitado a hacer suyo el discurso de la unidad, del cual hace bandera el gobierno de Pedro Sánchez y a enviar un mensaje de apoyo a los ciudadanos. "Ahora tenemos que dejar de lado las nuestras diferencias. Tenemos que unirnos en torno a un mismo objetivo: superar esta grave situación. Y tenemos que hacerlo juntos; entre todos; con serenidad y confianza, pero también con decisión y energía", ha reclamado.

Mientras Felipe VI intervenía, en las calles de ciudades de todo el Estado ha estallado una ruidosa cacerolada, con la cual los ciudadanos reclaman que el Rey emérito dedique los millones que tiene depositados en la cuenta suiza a la sanidad pública para hacer frente a la pandemia.

Esta posibilidad no ha aparecido en el discurso, en qué la lucha contra el virus ha quedado situada como un reto del país, que en un momento de su historia se encuentra a prueba "de una manera difícil, dolorosa y a veces extrema", "se pone a prueba los valores de una sociedad y la capacidad misma de un Estado".

Dar ejemplo

El monarca ha comparecido de pie, delante de una bandera española y una europea y tras un atril con el escudo real, y lo que sí ha hecho es un llamamiento a la ciudadanía a dar ejemplo. "Estoy seguro que todos daremos ejemplo, una vez más, de responsabilidad, de sentido del deber, de civismo y humanidad, de entrega y esfuerzo y, sobre todo, de solidaridad –especialmente con los más vulnerables para que nadie pueda sentirse solo o desamparado", ha pronosticado.

Ha garantizado que todo el Estado está volcado en resolver la crisis del coronavirus y que los españoles se pueden sentir protegidos; ha agradecido a todos los servicios públicos que luchan contra la pandemia y en particulares a los responsables del sistema sanitario –"la vanguardia de España y primera línea de defensa", ha dicho; y ha pedido la población que adapte la su manera de vivir a las indicaciones de las autoridades.

Antes de acabar, sin embargo, ha querido lanzar también un mensaje de optimismo. Ha asegurado que "esta es una crisis temporal", "un paréntesis en nuestras vidas, y que se recuperará la normalidad. "Porque España es un gran país, un gran pueblo que no se rinde ante las dificultades," ha sentenciado. Ha asegurando que el virus no vencerá. "Al contrario. Nos hará más fuertes como sociedad; una sociedad más comprometida, más solidaria, más unida. Una sociedad en pie frente a cualquier adversidad", ha asegurado.

El discurso ha durado siete minutos y ha acabado con uno "ánimos y adelante".

Sigue aquí la última hora sobre el coronavirus Covid-19 en Catalunya, España y el mundo