Quien fue elegido ahora hace nueve meses por la embajada de Israel en España como cónsul honorario en Barcelona, José Antonio Sánchez Molina, sigue esperando que el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, dé el visto bueno para abrir el consulado y pueda empezar, pues, a realizar sus trabajos.

Así lo publica hoy El Confidencial, que añade que un portavoz de la embajada de Israel ha asegurado que "el desenlace favorable está a punto de ser comunicado a Israel", a pesar de la tardanza de Margallo a confirmar la solicitud de abertura del consulado honorario. Curiosamente, Sánchez Molina no destaca por su simpatía hacia el proceso catalán, sino al contrario, está bastante alejado. Pero el ministro en funciones está tardando más de lo habitual a sacar adelante la solicitud que él mismo aseguró que "no habría problema" en aceptarla.

El antiguo consulado

Israel ya tuvo un consulado honorario en Barcelona en la etapa de Jordi Pujol, que fue firmado por el entonces rey Juan Carlos I el 8 de junio de 1994. En aquel momento, Israel sólo tardó siete semanas –y no nueve meses– a tener la autorización para su abertura. Y no sólo eso. El Estado hebreo tiene ahora dos consulados honorarios Andalucía y Extremadura.

Ahora, el problema apunta al proceso independentista catalán. Fuentes diplomáticas españolas aseguraron al medio citado que "el episodio consular es uno de los más constantes roces entre una Generalitat en manos de los nacionalistas, que aspiran a concitar simpatías, y más tarde el reconocimiento de una hipotética república catalana, y Asuntos exteriores, que trata, con cierto éxito, de cercenar esta obstinación de los independentistas".

Contactos internacionales

Ayer, el cónsul honorario de la República de Letonia en Barcelona, Xavier Vinyals, ya denunció en declaraciones a El Nacional haber perdido su condición como diplomático por la persecución a que lo ha sometido el Estado español desde el 2013 por independentista. El gobierno español retiró al cónsul su acreditación, el execuátur, a mediados de septiembre, después de haberlo acusado de colgar una estelada en la fachada del consulado con motivo de la Diada de este año.

También ayer, en el desayuno del president del Govern, Carles Puigdemont, en Madrid se interesaron por lo que tenía que explicar sobre el proceso hasta 10 embajadores de todo el mundo, mientras que ningún ministro ni ningún secretario de Estado mostró interés en escuchar sus propuestas ya que no asistieron.

Relaciones Catalunya-Israel

El expresident de la Generalitat Artur Mas ya aseguró en mayo durante la recepción benéfica organizada por la Comunidad Israelí de Barcelona (Cib) que tanto ahora como históricamente, "como en Israel, en Catalunya también hay un pueblo determinado a ser libre".

Mas recordó entonces la primera vez que viajó a Israel, en 1986, y señaló que volvió varias veces durante los años ochenta: "Desde la Catalunya recuperada nos fijábamos en Israel. Organizábamos jornadas en Israel cuando no estaba de moda, pero hacía falta para una nación como la catalana". También defendió el viaje oficial que una delegación de la Generalitat hizo a Israel en el 2013 para firmar convenios de colaboración universitaria y con centros de investigación: "Porque, como con Massachusetts y California, nos teníamos que fijar en los mejores".