El Gobierno de Pedro Sánchez tiene diferente frentes abiertos: internacionales, desde Suiza y Gran Bretaña el caldo de cultivo ya empieza a ser si políticos, abogados o empresarios de allí también fueron espiados por Pegasus a raíz del CatalanGate. Y ahora interiores y, no sólo con independentistas catalanes y vascos, sino con el mismo Centro Nacional de Inteligencia, CNI. De nada ha servido la defensa de la ministra Margarita Robles hacia esta institución.

El cambio en la elección de los integrantes de la comisión de Secretos Oficiales en el Congreso de los Diputados ha provocado un gran malestar en la cúpula del CNI. Según adelanta el diario The Objective, los nuevos nombres "se ven como una cesión al chantaje de los independentistas que permite la entrada a formaciones como Esquerra, Junts, la CUP o Bildu". Y lo definen con una metáfora muy directa: "Tragarse eso es muy difícil. Casi 20 años inmutable y ahora se cambia ad hoc por un chantaje del independentismo. Cuando los oigas aquí, no contarás cuatro aspectos irrelevantes, Bildu y los otros harán sangre".

PSOE y PP, ¿en la cuerda floja?

El bipartidismo, de rebote, también puede estallar. Mientras en Europa, las últimas elecciones francesas han constatado la desaparición de los tradicionales partidos de izquierda y derecha con un Macron que no se define y apuesta por la social democracia y una Le Pen que va hacia la extrema derecha, el modelo se puede replicar en el Estado si el desgaste del PSOE con el CatalanGate y lo que ya arrastra el PP, no se superan. El citado diario también explica que "desde el CNI se advierte del riesgo de acabar con décadas de consenso entre los dos grandes partidos con este paso dado por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para tranquilizar a instancias del gobierno a los socios parlamentarios señalados en el CatalanGate".

El CNI no se lo quiere "tragar"

La entrada, ahora, a la vez de partidos como Esquerra y Bildu marcan un precedente. Hay que recordar que en la última legislatura de Mariano Rajoy ya se bloqueó que Bildu entrara en la comisión de Secretos Oficiales. Sí, en cambio, se aceptó por la puerta de atrás la de Esquerra. La presidenta del Congreso ha rebajado el requisito de apoyos al listón de la mayoría absoluta (176 diputados), y sólo depende del gobierno Sánchez y sus aliados que puedan participar.

Este malestar se ha constatado cuatro días después del ofrecimiento del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, a que todos los grupos parlamentarios se incorporen en la Comisión de Secretos Oficiales en el Congreso para que el CNI pueda explicar sus actuaciones en torno a las supuestas escuchas. Una actuación en paralelo a la del Defensor del Pueblo. En cualquier caso, parece que los intentos del PSOE no satisfacen a nadie.

Una propuesta que tampoco satisface a vascos y catalanes

Aitor Esteban, portavoz del PNV, subrayó ayer desde el Congreso de los Diputados, la gravedad de lo que pasó y disuadió a la ministra Robles que hable de la indefensión del CNI, cuando "quien está indefenso es este parlamento". El portavoz vasco subrayó que la comisión "con dos ronditas de preguntas", no solucionará nada porque "nunca se ha informado de ningún secreto en esta comisión". Esteban plantea otras direcciones: comisión de investigación, desclasificación de los papeles que hacen referencia al escándalo y desbloqueo de la nueva ley de Secretos Oficiales, que tiene que sustituir el actual, de origen franquista, y que lleva desde el 2016 en trámite parlamentario.