El barómetro del CIS de marzo del 2017 ilustra que un 63,2% de los ciudadanos españoles estaría dispuesto a mantener el Estado de autonomías actual, o hacerlo más centralista –dato que supone un descenso con respecto a febrero, cuando la cifra era del 65%. En el statu quo autonómico se mantiene el 36,9%; el 9,3% quiere comunidades con menor autonomía; y el 17%, un Estado sin autonomías.

Con respecto al cambio a más descentralizado, este recibe el apoyo del 13,2% y un 9,3% estaría dispuesto a asumir que hubiera estados independientes. La última cifra varía ligeramente respecto de febrero, que sumaba un 8,9%.

Así y todo, entre los problemas de los españoles la independencia sólo supone el 0,9% este mes, muy residual, y en febrero era del 1,7%. Es decir, que cae. Es el paro el que sigue siendo el principal problema en el Estado, con un 72,3% –72,2% en febrero–, a pesar de las cifras de recuperación y creación de empleo anunciadas por el ejecutivo de Mariano Rajoy.

En el segundo lugar se sitúa la corrupción, que crece con una marcada tendencia, pasando del 37,3% el mes anterior, al 44,8% el presente, en medio de la oleada de casos aparecidos en prensa -Gürtel, Pretoria, Noós o el del presidente de Murcia-.