Los centros comerciales de Barcelona han quedado hoy llenos a tope de clientes, coincidiendo con el hecho que es el primer fin de semana en que bares y restaurantes están cerrados. Los clientes han explicado que han escogido esta opción para poder pasar la tarde con amigos y familia y esta tendencia se ha traducido, en algunos casos, en colas de más de una hora para acceder a una tienda de ropa, según ha informado Betevé.

Varios usuarios se han quejado de que se han producido aglomeraciones y en ciertos momentos ha llegado a haber más de un centenar de personas concentradas en un espacio cerrado sin las distancias de seguridad. En Diagonal Mar, en todas las tiendas había una persona que calculaba la gente que entraba y salía y se han colocado cintas de separación con el fin de garantizar las distancias de seguridad. Sin embargo, según los mismos usuarios, no se ha podido cumplir.

En las entradas y salidas del centro comercial se han habilitado sensores para controlar el aforo, que en Diagonal Mar no puede superar las 10.000 personas, el 30% del total. El problema que han denunciado los compradores, sin embargo, es que la gente se concentra en zonas concretas. Cuando una tienda tiene mucha demanda, se forman grandes colas que se convierten en un problema. El centro ha contratado a varios agentes de seguridad con el fin de tratar de distribuir a los clientes por todo el espacio del centro. Y añaden que si esta práctica no es eficiente y reciben muchas quejas, adoptarán más medidas para evitar que se produzcan contagios.

En el Centre Comercial Glòries los responsables han precintado todas las mesas y los bancos con el fin de evitar que los clientes comieran en el interior del recinto, ahora que están cerrados los bares y restaurantes. Pero la gente, lejos de marcharse a su casa, ha comprado comida para llevarse y ha buscado otras alternativas, como sentarse en el suelo o en los bancos que hay delante del centro comercial.

Posteriormente por la noche unas 500 personas se han concentrado en el Parc de les Tres Xemeneies sin medidas de seguridad. Según Betevé, tenían el permiso de la Guàrdia Urbana, para celebrar un año de las protestas chilenas.