Hay una posibilidad que permitiría la investidura de Pedro Sánchez sin necesidad de la abstención de los independentistas catalanes: la abstención de los dos diputados de Navarra Suma en el Congreso de los Diputados. Acompañado del líder de UPN Javier Esparza, con quien se ha reunido este martes en el Congreso, Pablo Casado ha resucitado esta opción para pedir a los socialistas que faciliten el acceso al gobierno foral de la coalición de derechas. A cambio, ha recordado, pudrían conseguido la abstención o incluso los dos votos favorables de N+, que permitirían superar la votación prevista para la cuarta semana de julio.

"La suma da", ha insistido Pablo Casado, que ha recordado que podría conformar gobierno con los votos de Unidas Podemos, el PNV, Compromís, el PRC y, también, Navarra Suma. Gracias a la suspensión de los diputados presos, que resta cuatro votos, Sánchez podría ser investido en segunda vuelta con mayoría simple. A cambio, los socialistas se tendrían que abstener o llegar a un acuerdo de gobernabilidad con Navarra Suma y olvidarse de la alianza progresista, que pasa necesariamente por la abstención de EH Bildu.

Por todo eso, Casado ha instado a Sánchez a aprovechar la "mano tendida" que hace semanas le mostró a Javier Esparza. En este sentido, el dirigente del PP le ha reclamado que "no manche" su responsabilidad "con pactos con los herederos de la banda terrorista ETA"

A pesar de todo, esta fórmula cuenta con un obstáculo nada menor: el PNV, que forma parte de la coalición navarra Geroa Bai, no votaría por una investidura de Sánchez si Navarra es entregada a la derecha españolista.

"Es difícil pactar con Bildu en Navarra y después pedir al PP y Ciudadanos que se abstengan", ha asegurado Pablo Casado, que ha descartado facilitarle la investidura sin una rectificación. "No nos puede pedir que nos abstengamos para seguir haciendo lo mismo", ha concluido.