El president Carles Puigdemont ha roto el silencio que había mantenido durante la negociación del Govern, y en una carta enviada a Junts, ha reclamado el respeto del otro socio del gobierno, mientras defiende la unidad independentista ahora traducida en el nuevo ejecutivo de Pere Aragonès, y reivindica la vigencia del mandato del referéndum del 1-O.

Puigdemont ha insinuado claramente que, durante la negociación del pacto de gobierno, no ha existido este respeto. "Se puede respetar al otro sin necesidad de compartir un mismo gobierno, y se puede faltar al respeto aun compartiendo la mitad del gobierno. Sin respeto no se pone en marcha una cadena que es imprescindible para ir juntos en un proyecto tan ambicioso y complejo como es el de construir un Estado independiente. El respeto es el fundamento de la segunda cosa que he osado pedir: confianza. Tenernos confianza incluso en lo que no nos gusta del otro. La confianza permite trabajar sin perder el tiempo y vigilando de manera permanente al compañero de viaje, y libera energías para encarar al verdadero y poderoso adversario. Y la confianza es la garantía de la tercera cosa, fundamental para gobernar juntos: la lealtad. Si esta cadena se rompe o se debilita en algún eslabón, el resultado es el recelo permanente, la parálisis política y, al final, el enfrentamiento. Nada bueno", indica Puigdemont, que considera que todo ello es imprescindible si se quiere unidad.

Según Puigdemont, el éxito del nuevo Govern no se medirá sólo en la obra hecha y en las políticas que se desplieguen. "Se basará también, y quizás ahora más que nunca, en su capacidad de restaurar todo lo que se ha deteriorado, y que influye en el ánimo del país", añade.

 

Puigdemont afirma en la misiva, que seguirá defendiendo el referéndum del 1-O y la proclamación de la República catalana "como fundamentos de la independencia de Catalunya y por lo tanto del Estado catalán".

El president en el exilio añade que el president Pere Aragonès puede contar con la "lealtad" de Junts "desde el primer minuto". Y explica por qué decidió no participar en los contactos, ante la evidencia de que se estaba acentuando una "estrategia narrativa tan falsa y perversa como eficaz según la cual mi principal preocupación sería la de asegurar una buena tutela del president y del Govern". Lo habéis leído y escuchado en prácticamente todos los análisis y comentarios, con muy pocas excepciones. Desde crónicas en diarios serios hasta programas de humor, pasando por prácticamente toda la tertuliada nacional", indica.

Según Puigdemont, estas teorías eran falsas pero se utilizaron en plena negociación con el objetivo de debilitar a Junts y también al Consell per la República, con el apoyo del unionismo y también de "sectores independentistas".

El president en el exilio advierte que el acuerdo de gobierno a que se ha llegado entre ERC y Junts "tiene aspectos que habrá que proteger y velar". Admite que tanto ERC como Junts querrían aplicar su programa electoral, pero recuerda que ninguno de los dos partidos ganó las elecciones, sino que en todo caso lo hizo el independentismo en su conjunto. "No puede haber ningún acuerdo que esté hecho en contra de una parte de este movimiento", remarca. E insiste que la unidad es la única manera de forzar al Estado, y que el equilibrio es muy difícil pero tanto ERC como Junts y la CUP tienen "la obligación de buscarlo".