La vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, hizo un extraño papel, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, cuando negó que el presidente del gobierno hubiera dicho nunca que había habido rebelión durante el proceso soberanista. La vicepresidenta intentaba, así, justificar que la Abogacía del Estado no acusara a los presos políticos de rebelión. Cuando un periodista se ofreció a leerle una frase literal de Pedro Sánchez, de 17 de mayo, en que este afirmaba que había un delito de rebelión, Calvo ha afirmado que estas declaraciones Sánchez las había hecho antes de ser presidente del gobierno español, y que, por lo tanto, el presidente del gobierno español nunca no había dicho esto.

Cuando Sánchez hizo estas declaraciones, poco antes de la moción de censura, el PSOE estaba endureciendo sus posiciones con respecto a los políticos independentistas. Sánchez llegó a decir que había que modificar el Código Penal para que recogiera como delito de rebelión actos que no estuvieran vinculados a levantamientos armados.