"Necesitamos oír la voz conjunta del episcopado de nuestro país". Esta es la demanda que hacen en su carta dominical los capuchinos de Sarrià. La comunidad, que este jueves acogió un ayuno en apoyo a la huelga de hambre de los presos políticos, lamenta en el texto los encarcelamientos y, por eso, pide a los obispos catalanes que se pronuncien". "Querríamos que los obispos catalanes dieran su opinión. A menudo da la impresión de que los obispos catalanes no cuentan para nada", dicen.

"Los presos y exiliados políticos son víctimas de un poder judicial sin escrúpulos", defienden en la carta, en la que también lamentan que esta Navidad no puedan volver a casa. "Pobre Navidad de Catalunya, una vez más", añaden en este sentido, y afirman: "No les basta castigarnos sin motivo de mil maneras diferentes; se está haciendo todo lo posible para anularnos como personas, como ciudadanos".

En este sentido, defienden que "es lógico que como catalanes digamos basta" y que "nos manifestemos por nuestras calles". Eso sí, apuestan para que sea pacíficamente, "como siempre hemos hecho", ante los "que nos quieren silenciar" y que pretenden "hacerlo, si hace falta, con los sistemas más antidemocráticos, levantando la voz ruidosamente para ahogar a otros".

El convento de los Caputxins acogió este jueves su a varios consellers y diputados que se reunieron allí para hacer un ayuno colectivo en apoyo a los presos. La elección de este espacio no fue gratuita. El convento de los Caputxins de Sarrià es todo un símbolo de la lucha antifranquista, después de que en marzo de 1966 acogiera el primer gran acto de protesta estudiantil en Catalunya contra la dictadura.

Ahora se ha implicado en la situación de los presos en huelga de hambre, pero antes de este jueves, el pasado marzo, había acogido ayunos convocados por la ANC para denunciar el encarcelamiento preventivo de los líderes sociales Jordi Cuixart y Jordi Sànchez y los consellers Oriol Junqueras y Joaquim Forn.

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