Desde que Pedro Sánchez anunció a través de una carta en X que se retiraba cinco días para meditar su futuro, poniendo de excusa las informaciones sobre su mujer, Begoña Gómez, no son pocas las cábalas que se han hecho sobre su destino. El hecho cierto, sin embargo, es que desde hace tiempo que corre el rumor sobre una ambición política que traspasa fronteras y lo situaría en algún momento u otro en el escenario internacional. Cuando hace pocas semanas el presidente del Gobierno iniciaba un periplo por varios países intentando captar adhesiones sobre su propuesta de un Estado palestino, la prensa española ya hablaba de las aspiraciones de Sánchez que pasaban por dejar Madrid e instalarse en Bruselas para ocupar la presidencia del Consejo Europeo. Sin ir más lejos, este domingo el ministro Óscar Puente daba alas en la tesis de la dimisión, exaltando la figura del líder socialista, "es el puto amo", y presumiendo de su desenvoltura a escala internacional con su dominio del inglés.

Esta podría ser una de las motivaciones que podrían empujar al líder del PSOE a abandonar el Gobierno, más allá del relato oficial que lo sitúa como víctima de la despiadada maquinaria comunicativa de la ultraderecha. La posibilidad de que Sánchez abandone Madrid para atender otros objetivos, ahora en Bruselas, es un hecho que también han recogido más medios de comunicación en España los últimos días y también este domingo, pocas horas antes que el presidente español revele su decisión.

Pero, más allá de la prensa española, un medio de referencia a Bruselas, Politico, analizaba esta posibilidad hace pocos días en un artículo bajo el título Dreaming of Pedro Sánchez, Brussels could be headed for a rude awakening (Soñando con Pedro Sánchez, Bruselas podría encaminarse hacia un despertar desagradable). "El primer ministro de España es un fuerte candidato para liderar el Consejo Europeo. ¿Sería bueno en este lugar"?, se pregunta el medio.

Politico destaca en aquel artículo que Bruselas se está preparando por asignar los puestos más importantes de la UE después de las elecciones en el Parlamento Europeo de junio. Los partidos políticos que obtengan más votos reivindicarán el liderazgo de la Comisión Europea, el Consejo Europeo, el Parlamento Europeo y el brazo de política exterior de la UE. Precisamente en las instituciones europeas se está produciendo una batalla entre familias políticas, con un protagonismo cada vez más importante por la derecha más extrema de Europa. En este escenario, los socialistas, que probablemente seguirán siendo el segundo grupo más grande en el Parlamento Europeo, ambicionan hacerse con la presidencia del Consejo Europeo, actualmente ocupado por el liberal belga Charles Michel.

"Para Sánchez, trasladarse a Bruselas podría ser una salida astuta de la escena política sesgada y tóxica de España. La imagen pública de los socialistas en el ámbito nacional nunca ha sido excelente, y su polémica decisión de conceder una amnistía general a los separatistas catalanes para asegurarse su apoyo para su continuada permanencia solo ha aumentado el resentimiento público", apunta Politico.

Los peligros de Pedro Sánchez

"Sánchez quizás no es popular en España, pero es bien recibido en Bruselas y es apreciado por sus homólogos europeos. Eso no quiere decir que tenga garantizado una posición de primer nivel, sin embargo. Los funcionarios y diplomáticos de la UE están divididos sobre una eventual candidatura de Sánchez", advierte el medio. En Bruselas, sin embargo, ponen el foco en lo que puede pasar en España a partir de este lunes. "Si Sánchez abandonara España, la quinta economía mayor de Europa, en un estado de caos político, podría horripilar al suyo atractivo en Bruselas", avisa a Politico.

También hay dudas sobre si Sánchez tiene el perfil adecuado como presidente del Consejo Europeo. Los líderes de la UE que decidirán quién obtiene el cargo probablemente preferirían a alguien al final de su carrera política, alguien como Herman Van Rompuy, el antiguo primer ministro belga que fue el primero a ocupar el cargo y que se mostró como un árbitro discreto.