Miquel Buch, el titular de una de las conselleries más controvertidas, empieza la fase de reanudación el mes que hace dos años que es responsable de Interior. Desmarcándose de las decisiones operativas del cuerpo y con el objetivo de reconstruir la policía catalana tras dos años de duros golpes, Buch hace balance de sus dos años en el Departament d'Interior, de cómo se ha gestionado la crisis de la Covid-19 y echa la vista al futuro.

Reclama la unidad para conseguir la independencia y apuesta por un proyecto común, una hoja de ruta, que vaya más allá de los nombres. El conseller y exalcalde de Premià de Mar y expresidente de la Associació Catalana de Municipis entiende el papel que le ha tocado jugar en este Govern como una responsabilidad de país.

Miquel Buch Conselleria interior - Sergi Alcazar

Foto: Sergi Alcàzar

Ahora que ya estamos en la reanudación, ¿qué valoración hace del trabajo que se ha hecho desde la Conselleria de Interior con la gestión del confinamiento por la Covid-19?
Desde el primer momento se activan todos nuestros cuerpos para poder gestionar la emergencia: Protecció Civil, Mossos d'Esquadra y Bombers. Paralelamente, hemos tenido afectación con el 112 y con Trànsit. Por lo tanto, toda la estructura del Departament d'Interior ha estado entregada al trabajo permanente por esta pandemia. Lo que se ha demostrado es que este país tiene vocación de autogobernarse y tiene unos planes de emergencia que otros territorios no tienen pensados, o no tienen preparados o esperan a que alguien les diga lo que tienen que hacer.

Catalunya tiene voluntad de autogobernarse, y por lo tanto, de hacer frente a todos los retos que se planteen y, en el caso de Interior, explícitamente, lo demuestran los planes de emergencias que están pensados, que están protocolarizados, que hay unos responsables, unas maneras de actuar, que tienen unos trámites determinados que cuando pasa una situación como esta, pues, actuamos. Es cierto que alguien podría pensar que por la experiencia o porque nos pasa más a menudo pues es más fácil de gestionar planes de emergencia, como por ejemplo el Inuncat o el Ventcat, pero una vez más creo que se ha demostrado que este país tiene capacitad para gestionar las emergencias que sea, que cualquier reto que nos pueda venir, Catalunya tiene capacidad de reacción y de superación. Una pandemia de estas características hacía cien años que no la teníamos y no hay referentes. Así como en el mes de marzo no teníamos referentes, ahora ya tenemos el referente de haber actuado estos 3 meses. Nos estamos autorevisando porque en caso de que haya un rebrote podamos actuar mejor.

 

Se ha demostrado que este país tiene vocación de autogobernarse

¿Con una Catalunya independiente se hubiera gestionado mejor la crisis de la Covid-19?
Yo lo que puedo decir es que fuimos los primeros en tomar decisiones: el confinamiento de Òdena, el cierre de las escuelas... Son dos ejemplos. Fuimos los primeros en tomar decisiones. Fue fruto de estas decisiones que España fue a remolque y tomó la decisión de declarar el estado de alarma, y por lo tanto, nos subordinó todos a ellos. Yo no quiero entrar en que si otras comunidades lo hacían bien o lo hacían mal. En Catalunya se han ido tomando decisiones. A partir de aquí nos laminan las competencias, competencias a las que tenemos derecho porque nos las hemos ganado para ejercerlas, nos las quitan y es entonces que vamos a remolque. La demostración de que aquí lo hubiéramos gestionado diferente han sido las múltiples propuestas que hemos hecho que nos han respondido que no y que al cabo de unos días o semanas han hecho exactamente lo que decíamos. Por lo tanto, que lo hubiéramos gestionado diferente, está claro. Que hubiéramos ido un paso por anticipado comparado con lo que hemos tenido, también está claro. Está demostradísimo, por lo tanto, me remito a los hechos. A partir de aquí, pues seguro que en una pandemia de estas características, en la cual lo que se ha demostrado es que hacen falta decisiones drásticas para disminuir, para reducir, el riesgo de contagio de pandemia han sido efectivas. Y no hablo sólo por Catalunya, hablo en general por Europa y por el mundo, por lo tanto, es fehaciente que aquí hemos ido un paso por anticipado desde antes del inicio del estado de alarma.

 

¿Qué relación tiene con el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska?
Con el Ministerio del Interior y con el ministro en concreto la relación es correcta. Seguramente, el departamento, por la materia que gestiona, es el campo donde menos política se puede hacer. Se entiende que puede haber políticas de seguridad y de emergencias. Pero la gestión política del día a día, la gestión política ideológica, son los espacios donde menos cabida tiene. Aquí, independientemente de la ideología y la forma de pensar de cada uno, porque se tienen que gestionar las emergencias, la relación es proclive para que sea correcta y de mucho respeto.

¿Qué ha sido lo más duro del confinamiento?
Ha sido la pérdida de tantísima gente. Hay una generación de personas mayores que desgraciadamente no han superado la pandemia y los hemos perdido. Y son seres queridos y ni tan sólo nos hemos podido despedir de ellos y ellas. Hay un bien preciado en este mundo que es la vida y tenemos mucha gente que lo ha perdido. Lo más grave de todo es la muerte de tanta gente en todas partes.

¿Y qué es lo que ha sido lo más difícil de gestionar?
Lo que nos ha costado más ha sido descifrar el BOE, traducir el BOE, en tan poco tiempo. Más de una vez hemos visto como el boletín oficial daba nuevas normativas que afectaban a los catalanes y catalanas y nosotros teníamos la obligación de traducirlo con lenguaje fácil, comprensible, a toda la ciudadanía del país. Y nos llegaba siempre muy justo de tiempo. El BOE lo han llegado a publicar antes de que las disposiciones entraran en vigor. Ha habido un equipo de gente, de Protecció Civil, que ha estado trabajando de una forma intensa, intensísima, para poder hacer entendible todo lo que estaba pasando.

La Conselleria de Interior siempre es controvertida y siempre está vinculada a malas noticias. En este caso, a pesar de la dureza de gestionar el confinamiento, ha sido plácido... No es habitual que no se ponga en el punto de mira la gestión del conseller de Interior.
Seguramente, se ha puesto menos en el punto de mira la gestión de Interior. También es verdad que ha habido un conjunto de personas, concretamente, 17.000 mossos, 3.000 bomberos y todo el equipo humano de Protecció Civil, que es un equipo muy reducido de gente que se ha hecho un hartón de trabajar. Y seguramente porque estábamos ante una situación nueva, diferente, en la cual todos hemos pasado un poco de miedo, por nuestros familiares. Todos tenemos personas queridas y hemos sufrido por todo el mundo. El reto lo tenía el mundo sanitario, pero todo lo que ha sido el sistema de seguridad pública y emergencias de este país ha ayudado a la ciudadanía a hacer frente a esta pandemia. Por lo tanto, el agradecimiento a todos los profesionales de Interior.

Miquel Buch Conselleria interior - Sergi Alcazar

Foto: Sergi Alcàzar

En medio del confinamiento y la gestión de la emergencia ha habido otros temas que han ido surgiendo, como el debate de si hace falta o no convocar ya las elecciones al Parlament de Catalunya. ¿Ahora era el momento de sacar el tema?

Tenemos que tener claro que, cuando inicias un proceso electoral, la administración a la cual está sometido tiene un límite. Cuando estás en funciones, que no ejerces tu responsabilidad plenamente, paras la administración de la Generalitat. Y dentro de un proceso en el cual, desde un primer momento, ya pudimos intuir, ver y con el tiempo hemos podido presenciar como la crisis sanitaria se mutaba en dos crisis más, que era la crisis social y la crisis económica, lo que ahora mismo sería más responsable es garantizar que la institución continúe dando respuesta a todo, independientemente de si quieres gobernar tú o quiero gobernar yo. Yo creo que eso nos ha tocado gestionarlo a nosotros y sería de absoluta irresponsabilidad coger ahora y decir "paro la administración 3, 4 o 5 meses", lo que pueda durar el proceso electoral, porque desde que se convoca hasta que hay las elecciones, hasta que está la constitución del Parlament, hasta que el Parlament propone el nombre del president, hasta que lo votan y se constituye el Govern pueden pasar 4, 5 o incluso 6 meses.

Tenemos que ser muy responsables, muy cautos, para que cuando este país necesite que la Generalitat dé respuestas, esté plenamente presente y no se podrá decir: "es que no encuentro a nadie que pueda firmar este decreto, es que esta decisión la tiene que tomar alguien que ahora mismo está en funciones y no la puede tomar". Además, el mensaje que trasladaríamos a la ciudadanía, en un momento en que todos los políticos tendríamos que estar remando para hacer frente a estas tres crisis, alguien podría interpretar que alguien estaría más preocupado por ganar las elecciones que hacer frente a la realidad y a los problemas de los ciudadanos. Generaría una ruptura de la confianza de la ciudadanía hacia los poderes públicos.

Está claro que el estado español está ganando

¿Qué espera de unas nuevas elecciones si su partido gana y vuelve a formar gobierno? ¿Volveremos a ver a Miquel Buch de conseller?
Más que los nombres de una lista, lo que este país necesita es un proyecto político, un proyecto acordado, una hoja de ruta. Después de estos 2 años, después de la sentencia, después del 1-O, lo que nos ha faltado ha sido una hoja de ruta y unos objetivos claros. Mientras estos objetivos de los independentistas no estén, está claro que el estado español está ganando.

¿Un proyecto único es una lista única?
No me estoy refiriendo a una lista única. Me estoy refiriendo a un proyecto y a una hoja de ruta pactada, acordada, que cuente con todas las sensibilidades independentistas de este país. Mientras más desunidos vamos, más débiles somos. La clave del 1-O, la clave del 9-N, que son dos grande éxitos de trabajo conjunto de administraciones y ciudadanía, es porque íbamos juntos, íbamos unidos. Independientemente que alguien quiera defender unos colores políticos u otros, unas ideologías determinadas, lo que está claro es que si queremos la independencia, separados no la conseguiremos nunca.

 

Esta semana ha quedado visto para sentencia el juicio al major Josep Lluís Trapero. Usted se ha mantenido completamente al margen. Supongo que habrá seguido el juicio. ¿Qué espera?
Yo, como muy bien dices, me he mantenido al margen para no interceder. Te tengo que confesar que viendo el juicio, me ha costado mucho, muchísimo, morderme la lengua. Muchísimo. Pero creo que lo mejor que puedo hacer tanto para el major, como para la intendente Teresa Laplana, como para la anterior cúpula de Interior, es seguir mordiéndomela. Cuando acabe todo, hablaré. Y el único resultado que espero, visto lo que he visto, y vista la demostración de pruebas y las declaraciones, lo único que puede haber es la absolución.

 

 

Estos días la Fiscalía está investigando el nombramiento del escolta de Carles Puigdemont que ha llevado, también, en medio de la crisis al conseller de Interior al TSJC a declarar. Además, mientras estaba declarando, llegó un requerimiento del ministerio público al departamento sobre los cortes de la Meridiana. ¿Usted se siente perseguido judicialmente?
El mismo martes que Gabriel Rufián y la CUP me critican por una cosa, el juez me llama a declarar, por lo tanto, está claro que el Departament d'Interior siempre está en medio. Yo soy de los que critico y condeno a los que tiran piedras a la policía y soy de los que critico y condeno a los policías que tienen actitudes racistas. Eso es el Departamento d'Interior, mientras te critican por un lado, también te critican por el otro. Estás siempre en el punto de mira.

También se ha conocido estos días la condena de Jordi Arasa por el desalojo del 15-M de la plaza Catalunya. Por primera vez el consejero se mantiene al margen de las polémicas que rodean a los mandos policiales o los agentes y lo ha dejado en manos de la parte operativa del cuerpo. ¿Es una manera de hacer, de esconderse, de confiar en el cuerpo?
Si analizas los 24 meses desde he sido nombrado conseller, se puede ver que seguramente a lo largo de la historia poca acumulación de situaciones de emergencia y situaciones complejas ha vivido el Departament d'Interior en el pasado como ahora. De todas las cosas que nos han llegado, ahora estamos gestionando una pandemia que hacía 100 años que no pasaba, pero es que veníamos del Gloria y del Gloria veníamos de Dana, y de Dana veníamos de la gestión possentencia y la de gestión possentencia veníamos de los elementos delincuenciales de Barcelona y si vamos tirando atrás... Entre el Gloria y la postsentencia, hemos tenido la explosión de la petroquímica más grave del sur de Europa... Todo eso nos ha tocado gestionarlo al Departament d'Interior. Es más que evidente que a lo largo de estos 24 meses nosotros hemos tenido un papel a la hora de gestionarlo y, por lo tanto, cuando tú tienes un papel a la hora de gestionar y en este caso son emergencias y es evidente que la ciudadanía, los periodistas, los grupos parlamentarios, todo el mundo tenga su punto de vista, y a veces es a favor y a veces es en contra y forma parte de nuestro día a día.

Miquel Buch Conselleria interior - Sergi Alcazar

Foto: Sergi Alcàzar

A mí no me toca hacer de policía

Respecto del cuerpo de los Mossos d'Esquadra, lo respeto y tengo una confianza plena. Pero también tengo confianza plena en la complicidad y la confianza que tiene que tener un país democrático, una sociedad democrática, con su cuerpo policial. Y sin querer querer hacer trabajos de policía, que a mí no me toca hacer trabajos de policía, sí que se tiene que gestionar la confianza entre el cuerpo policial y la democracia. Sí que es cierto que cuando entré, el cuerpo de los Mossos d'Esquadra estaba como estaba. Tenía el conseller en prisión, tenía su mando máximo en un proceso, tenía 74 mandos más en procesos judiciales, veníamos del 1-O, veníamos del 17-A, la situación no era la mejor en aquellos momentos. Veníamos de 8 años sin promociones, con una falta de efectivos real, veníamos de años sin inversiones, sin las herramientas que tenían que tener. Teníamos el cuerpo de los Mossos d'Esquadra tocado, lo teníamos debilitado. A partir de aquí lo que hemos intentado hacer es reconstruir internamente el cuerpo. A lo largo de estos 24 meses, al cabo de 3 meses de estar en el Govern, el cuerpo de los Mossos se integra en el CITCO, hecho que hacía años y años que se pedía y no estábamos, el 17-A lo gestionamos sin estar en el Centro de Inteligencia y Terrorismo Organizado (CITCO). En estos 24 meses hemos gestionado dos promociones de 750 personas, 1.500 mossos. Paralelamente, 500 bomberos. Hemos hecho promociones internas dentro del cuerpo de Mossos d'Esquadra. Hemos hecho inversiones que hacía años que no se hacían. Y un largo etcétera, porque eso son cosas puntuales, palpables, que se pueden ver, pero sobre todo lo que es gestión interna, aquella gestión que es tan intangible que no se puede ver, también lo hemos intentado hacer. Seguro que hemos cometido errores, pero también es verdad que si haces balance del trabajo que hemos hecho en estos 24 meses, no nos hemos quedado cortos, y todo eso lo hemos hecho con todos estos episodios. No tenías suficiente trabajo interno que además han venido todas las adversidades habidas y por haber y las críticas por parte de todo el mundo. Cuando Rufián y la CUP te critican por un lado y Ciutadans te denuncian dos y tres veces y admiten a trámite la querella, quiere decir que estás en medio. A mí me critican los "indepes" y los unionistas, pero es que el Departamento d'Interior es eso.

A mí me critican los "indepes" y los unionistas, pero es que el departamento de Interior es eso

¿Por lo tanto, ya sabía dónde se metía?
Saberlo, sí. Imaginar que estos 24 meses serían tan adversos, no. Saber que entrabas en una de las conselleries más polémicas y entrar justo después del 1-O, con todo lo que había pasado en el cuerpo de los Mossos d'Esquadra y toda la represión que está sufriendo este país, sabía que iba a ser una situación compleja y difícil, y me hubiera podido quedar en casa, pero decidí que no. A todo el mundo le gusta dar subvenciones, a todo el mundo le gusta firmar acuerdos con entidades, pero no a todo el mundo le gusta hacer el trabajo que se hace desde Interior, y a veces no se valora lo suficiente. Mucha gente sí que la valora y te agradece el trabajo que estás haciendo, tanto de un lado como del otro, pero normalmente el Departament d'Interior, y concretamente en Catalunya, es muy cuestionado. Creo que no ha habido ningún conseller de Interior que no le hayan pedido la dimisión en un momento u otro. En otros estados los departamentos de Interior te sirven para proyectarte políticamente, en Catalunya el Departament d'Interior no sirve para proyección, sino para ponerte a boxes, si es que no te echan del rodea, pero alguien tiene que hacer este trabajo. Y eso es lo que también significa ser catalán, creer en el autogobierno y creer en el país, que a veces toca hacer trabajos complejos y difíciles que generan muchas contradicciones, pero que alguien las tiene que hacer.

Miquel Buch Conselleria interior - Sergi Alcazar

Foto: Sergi Alcàzar

El departamento anunció la mayor auditoría interna que se había hecho nunca a raíz de algunas actuaciones de agentes en las movilizaciones postsentencia. ¿Cómo está y cuándo se verán los resultados?

La auditoría la teníamos prevista para finales de marzo. Ahora que ya hemos entrado en la fase de reanudación, los próximos días podremos presentarla.