El abogado Gonzalo Boye ha pedido amparo al Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) después de haber recibido y sufrido "amenazas, injurias y calumnias" en su ejercicio del derecho de defensa.

El letrado lo ha explicado en un tuit en qué ha asegurado que ha tomado esta decisión para así poder garantizar la libertad e independencia imprescindible de la abogacía.

Por su parte, su compañero de profesión Jaume Alonso-Cuevillas ha aplaudido la decisión de Boye y le ha dado apoyo. Cuevillas fue decano del Colegio de la Abogacía de Barcelona y por eso "da por supuesto que el ICAM primará el derecho de defensa por encima de cualquier otra consideración".

La reacción del abogado de Puigdemont llega después de que el eurodiputado del grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE) Enrique Calvet, exrepresentante de UPyD y ahora próximo a Cs, denunciara Boye el sábado pasado ante el mismo Colegio de Abogados de Madrid por "falsear" la denuncia contra el magistrado del Supremo Pablo Llarena.

En su denuncia, Calvet califica el texto de la demanda civil contra el magistrado como una "ofensa grave a la dignidad de la profesión de abogado, a las reglas éticas que la gobiernan y a los deberes establecidos en el Estatuto General de la Abogacía española". Boye aseguró que había un error en la traducción sin ninguna mala intención, aunque las palabras de Llarena cambiaban de sentido.