El diputado de la CUP Albert Botran (Molins de Rei, 1984) no esconde las dificultades que la votación de los presupuestos del Govern comporta para su grupo, tampoco la crisis a la que la candidatura anticapitalista ha tenido que hacer frente a lo largo de este año, a raíz del pulso con JxSí por la investidura que se cerró con un paso al lado de Artur Mas. Con todo, asegura que la CUP ha aprendido de estas experiencias y está preparada para afrontar esta nueva decisión en el consell polític de la formación convocado para el próximo 28 de enero.

Esta semana ha estado marcada por la detención de Joan Coma y el interrogatorio en la Audiencia Nacional. ¿Hasta donde llegará este proceso de judicialización de la política por parte del Estado?
Es previsible que haya muchos más casos como éste. Entramos en un año donde se acelerarán los movimientos por parte de los partidarios del referéndum y por parte del independentismo, y el Estado nos tiene acostumbrados a esta reacción judicial. Entonces es bueno también que esté musculada la solidaridad y que haya unidad en la solidaridad, porque puede ser que durante el 2017 nos encontremos con situaciones como éstas cada mes.

Esta detención no ha reproducido las tensiones entre la CUP y el Govern y los Mossos, que se vivieron con el caso de la quema de fotos del Rey...
Hay dos diferencias, principalmente. Una, que en el caso de las fotos del Rey era a partir de una actuación de oficio de los Mossos, desde nuestro punto de vista, con un exceso de celo. En este segundo caso, estaban actuando como policía judicial y ello obedece menos a directrices políticas. La otra diferencia es que en el caso de Joan Coma se sabía que habría esta detención, había un trabajo previo muy sólido, en parte con base territorial porque allí está el Moviment 30/03, en Osona, que ha hecho un trabajo transversal y sólido.

Lo importante es que de estos casos represivos salgamos fortalecidos, con más razones políticas, no con pugnas internas

Con aquellas detenciones por las fotos del Rey, aparecieron pintadas en sedes del PDeCAT y desde su cuenta de Twitter hizo un tuit pidiendo que la solidaridad entre independentistas fuera prioritaria. ¿No lo es?
Lo había sido hasta aquel momento, y ahora vuelve a serlo, pero es verdad que el episodio de la quema de fotos del Rey se escapaba de aquella lógica. Lo echamos en falta por parte de JxSí. Aquello no era bueno para nadie. Lo importante es que en estos casos represivos salgamos fortalecidos, con más razones políticas. No que salgamos con pugnas internas.

De hecho, el Estado no esconde que su estrategia en buena parte pasa por intentar romper la unidad de los independentistas...
Está claro, y nosotros no podemos caer en esta trampa. Está claro también que nosotros tenemos nuestro enfoque político, y no siempre es coincidente con el de JxSí, de cómo actuar ante estas acusaciones, y después está evidentemente el hecho que el cuerpo de Mossos d'Esquadra, desde nuestro punto de vista, a veces tiene dinámicas que también añaden tensión. Y eso lo tenemos que poder decir. Tenemos que poder interpelar a los responsables políticos, que hasta día de hoy son la Conselleria d'Interior, por las actuaciones de los Mossos. Queremos saber por que en unos casos se actúa de una manera y en otros se actúa de otra. Hay unas dinámicas propias dentro del cuerpo que sería bueno abordarlas políticamente también.

Nuestra duda es si el conseller puede controlar todo lo que pasa dentro del cuerpo de Mossos

¿La dimisión del conseller, como la CUP reclama, tendría que acabar con eso?
Entendemos que el conseller actuaba en connivencia con este proceder de la policía y después nos dijo que no, que era falso que hubiera una consigna política. Nuestra duda es si puede controlar todo lo que pasa dentro del cuerpo de Mossos d'Esquadra, donde sabemos que hay sectores muy contrarios al proceso independentista, muy próximos a fuerzas españolistas. ¿Es un conseller que puede abordar políticamente esta problemática interna del cuerpo? Eso es lo que nosotros queremos cuestionar.

Por el contrario, ha habido otros episodios de tensión en que se ha señalado a la CUP como responsables el último año, desde el 'no' a investir a Artur Mas, hasta el 'no' a los presupuestos de antes del verano...
Supongo que es la tendencia de señalar al más pequeño y al más... excéntrico. Nosotros asumimos la responsabilidad de haber generado esta tensión y que haya gente que no nos entienda y a la que hayamos cansado. Pero la gente tiene que entender que cuando dos no se ponen de acuerdo es por las dos partes. En el tema de Mas, nosotros habíamos dicho durante la campaña que no queríamos que fuera president. En el caso de los presupuestos, también hemos dicho que no querríamos firmar cualquier presupuesto, que queríamos unos mínimos. A JxSí también se le tiene que exigir su parte de responsabilidad cuando no hay acuerdos.

La CUP quedó muy tocada del debate de investidura. El secretariat tiene el compromiso de no llevar a nuevos escenarios de empate técnico

A raíz del hecho de no dejar tramitar los presupuestos antes del verano, la CUP entró en una crisis. Dimitió una parte del secretariat, se cambió la forma de elección...
Se podría decir que la dimisión de junio se venía incubando desde enero. La CUP quedó muy tocada del debate de investidura, quedó agotada. La gente que renunció en junio no lo hizo expresamente por los presupuestos, lo hizo porque ya había una dinámica de mucho desgaste. Es verdad que estos debates nos sitúan en situaciones límite, en las que no es bueno que la organización se encuentre. La idea del nuevo secretariat que se escogió en aquel momento era hacerlo de manera tal que presentando un equipo con un programa y un poco más de cohesión evitara estas disyuntivas en las que se da la palabra a las bases cuando las direcciones no han podido resolverlo. Si las direcciones están empatadas muchas veces las bases reproducen este empate. Hay el compromiso del secretariat de no llevar a la organización a nuevos escenarios de empate técnico, en los que la organización se resiente mucho.

Ahora tendrán una oportunidad para comprobar si funciona con los presupuestos. ¿Se aprobarán?
Nosotros trabajamos para que haya unos buenos presupuestos y con esta idea entramos en la negociación, además sin líneas rojas, pero poniendo sobre la mesa una serie de cosas que, desde nuestro punto de vista, no se han tenido en cuenta en su totalidad, ni con la importancia que merecerían. Permitimos la entrada a trámite con la idea de que ahora se abre un periodo de negociación, un proceso parlamentario de debate y enmiendas por lo que se podrán consolidar algunas cuestiones más de las que la CUP ha puesto encima de la mesa.

Esperamos que haya inteligencia política por las dos partes [con los presupuestos]. Conocemos la responsabilidad de esta situación

¿Hay margen para el acuerdo?
Esperamos que haya inteligencia política por ambas partes. Nosotros también conocemos la responsabilidad de esta situación, que este Govern nos pide que le aprobemos los presupuestos porque necesita una legitimidad para continuar, pero el otro lado también tiene que tener la inteligencia política que se le reclama, que las peticiones que pone la CUP sobre la mesa son muy razonables, que no son capricho sino al contrario, y que eso se tendría que tener en cuenta. Ya no es tan importante sólo con que se aprueben o no sino la situación en que queda cada parte. Que la CUP apruebe unos presupuestos y lo haga a desgana, no es bueno para nadie, también porque es la gestación de una crisis más adelante.

Si no hay presupuestos vamos a elecciones...
Así se nos ha dicho y entiendo que se mantendría en esta posición el president.

Si hay elementos claros de que el referéndum se celebrará, también tendremos claro que lo que estamos votando no es sólo el presupuesto

¿No temen que eso vuelva a exponer a la CUP a nuevas tensiones?
Evidentemente, esta responsabilidad la tenemos. Sabemos que decir 'no' a los presupuestos es decir 'no' a mucho más. En cambio, por otro lado, también hay un compromiso de hacer un referéndum en septiembre. También en esta óptica se valorará el debate de presupuestos. Si hay elementos claros de que el referéndum se celebrará y que el compromiso es firme e inamovible, también tendremos claro que lo que estamos votando en aquel momento no es sólo el presupuesto en sí.

Anna Gabriel ha insistido en que quizás habría que avanzar el referéndum...
Se podría avanzar no sólo por los embates judiciales sino también por el hecho de no querer crear la falsa ilusión de que ahora se abrirá una etapa en que iremos a negociarlo a Madrid. Todo el mundo sabe que eso es perder el tiempo. Nosotros sabemos que este referéndum lo acabaremos haciendo de manera unilateral. Con todas las garantías, eso sí, pero organizado desde aquí sin una autorización expresa del Estado español.

Es falsa la ilusión de que ahora se abrirá una etapa para negociar en Madrid. Es perder el tiempo. El referéndum lo acabaremos haciendo unilateral

¿Están convencidos, pues, de que se celebrará el referéndum?
Nosotros creemos que se celebrará y trabajamos para que se celebre. Como ha dicho Joan Tardà, en esta ocasión todo depende sólo de nosotros. Tenemos la capacidad para hacerlo, con centros de votación en todas partes, con campañas, tenemos capacidad de sobreponernos ante las amenazas que vendrán del Estado... Toda esta fuerza está, por lo tanto, sólo nos hace falta voluntad política para llevarla a cabo. Se tiene que trabajar en esta línea. Como depende de nosotros, tenemos que decir que lo haremos y hacerlo.

Con eso, todavía parece más complejo el debate que tendrán ante la posibilidad que votar los presupuestos...
Se tiene que separar. El referéndum no es una concesión de JxSí a la CUP, por la que ahora tenemos que devolver lo que se nos dio en forma de voto a los presupuestos. Durante semanas lo ha sido, ahora parece que eso ha dejado de ser así y lo celebramos, se nos decía que sin presupuestos no habría referéndum. Era un mal vínculo político porque era muy fácil que desde fuera se dijera que el referéndum sólo tenía sentido para un gobierno que quiere aprobar los presupuestos. Y sabemos que no es así y conviene eliminar cualquier rastro de duda. El referéndum lo hacen JxSí y la CUP porque creen en él. No por las dinámicas de gestión. Nosotros lo separamos y creemos que está bien que se mantenga separado.

La discrepancia legítima dentro del independentismo también la tenemos que hacer valer. Estos presupuestos no son los que nos gustarían

No será fácil de explicar a los votantes el no aprobarlo...
No. Todo el mundo sabe en qué mundo vive. Esta situación y estos condicionantes los conocemos, pero también es verdad que en momentos anteriores se ha realizado un exceso de gesticulación por parte del Govern y de JxSí por el que en cada curva había una crisis abierta y se nos quería situar entre la espada y la pared. Y eso tampoco ha sido bueno. La discrepancia legítima entre diferentes puntos de vista del independentismo también la tenemos que hacer valer. Estos presupuestos no son los que nos gustaría a nosotros. Lo tenemos que mantener por coherencia con nosotros mismos y las personas que nos tuvieron confianza también por un programa económico social.

Los 10 diputados de la CUP han hecho valer su peso ante los 62 diputados de JxSí...
Lo que ponemos sobre la mesa no es nuestro programa, sino una cosa que entendemos que JxSí podría aceptar. Por ejemplo, en materia fiscal ERC estaba en la misma línea. También Demòcrates se abrió a revisarlo. No es una relación tan de 1 a seis.

Se ha cerrado otro tema clave, la ley de Transitoriedad Jurídica. ¿Será un nuevo choque con el Estado?
Es probable, pero se seguirán los tempos para celebrar el referéndum. Todo ello lo tenemos que tener redactado y preparado para que nadie pueda decir que la victoria del 'sí' es un salto en el vacío. Tenemos unos dispositivos legales con los que sabemos cómo nos regiremos al día siguiente y en otros temas abriremos los debates más adelante con el proceso constituyente. Con los que están escritos aquí, sabemos cómo haremos funcionar el país al día siguiente de la victoria del sí.

Hemos aprendido después de pasar dos debates muy duros, que han dividido a la militancia y han dejado un cierto agotamiento. Estamos preparados

Vuelvo a los presupuestos, a finales de enero la CUP tendrá que decidir el sentido del voto. ¿Está preparada?
De todo se aprende. También de haber pasado dos debates muy duros, y que han dividido a la militancia, aunque no han roto la organización como también se pronosticaba desde fuera, pero sí han dejado un cierto agotamiento. Hemos aprendido de tal manera que a la hora de tomar esta decisión significativa en clave de legislatura nos deje más fortalecidos y no al contrario. Sí que estamos preparados, evidentemente.