La ex alcaldesa de València, Rita Barberá, se ha dado de baja del PP pero se niega a renunciar al acta de senadora. La ex alcaldesa ha enviado un comunicado al PP en el que expresa su "voluntad de no dimitir del Senado y de continuar en el cargo, porque la ley me ampara y lo contrario podría entenderse como una asunción de culpabilidad".

Además, afirma que ha solicitado la baja "como una muestra más de entrega al PP". "Evito que nadie se ampare en mí para responsabilizarme de cualquier perjuicio o para esconder sus resultados políticos y electorales".

Victimismo

Barberá insiste en que la decisión "es muy dolorosa" pero que habiéndose dado de baja del PP podrá ejercer con plena libertad su defensa ante aquellos que han vulnerado "el principio irrenunciable de la presunción de inocencia".

"Seguiré trabajando con más fuerza por mi tierra, que es más que València, porque es España. Aquella España democrática, libre y constitucional que la mayoría defendemos", concluye.

A última hora

Barberá ha dado este paso después de 24 horas de tensión que han acabado con el PP pidiendo formalmente a la senadora que renuncie al cargo. De hecho, la senadora ha enviado el comunicado cuando faltaban unos minutos para las 17 h, dos horas antes de que el PP reuniese al comité de derechos y garantías del partido que iba a aprobar medidas disciplinarias para forzar su dimisión. 

Sin embargo, algunos de sus compañeros de filas han apelado a la presunción de inocencia.

El 'pitufeo' 

La decisión llega un día después de que trascendiera que el Supremo investigará a Barberá por presunto blanqueo de dinero de su grupo en el ayuntamiento de València cuando ella era la alcaldesa.

La causa está vinculada al caso Taula: la financiación irregular de la campaña electoral del PP. Se sospecha que a través del método denominado 'pitufeo", a la cuenta del grupo municipal se habrían ingresado hasta 200.000 euros no justificados desde 2001.

Hay 49 personas investigadas, entre ellas 9 concejales del PP que ya están imputados. Se investiga si colaboraron en el blanqueo de dinero dando 1.000 euros al partido, que luego se les devolvían sin declarar con dos billetes de 500.