La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha defendido la gestión de su Ejecutivo en las residencias de mayores durante la primera ola del coronavirus y ha apuntado que "había muertos en todas partes" y "no se salvaban en ningún sitio". Díaz Ayuso y la portavoz de Más Madrid en la Asamblea regional, Manuela Bergerot, protagonizaron este jueves en la sesión de control en la Cámara un tenso debate por la gestión de las residencias en la primera ola del coronavirus.

La presidenta, en un visible tono de enfado, reprochó a Más Madrid por "hablar sin humanidad" de los fallecidos en la pandemia cuando "había muertos en todas partes, en las casas, en los hospitales, en las residencias". "Cuando una persona mayor estaba gravemente enferma, con el covid, con la carga viral que había entonces, no se salvaba en ningún sitio", aseguró la presidenta madrileña.

Ayuso presume de su gestión

Ayuso reiteró que fue la Comunidad de Madrid la que tuvo que "explicar la situación en España" porque el Gobierno de Pedro Sánchez "no hizo nada, no sabía ni por dónde empezar" ante una alerta sanitaria y tuvo que "ser Madrid quien diera la voz de alarma".

Por su parte, Bergerot volvió a acusar al Ejecutivo regional de crear “sus protocolos de la vergüenza” con la que “condenaron a morir” a miles de mayores “sin ir a un hospital, ahogados, sin medicación” y, por eso, están escondiendo las actas de la Policía Municipal.

Las actas que Ayuso quiere esconder

En las residencias de personas mayores de la comunidad de Madrid murieron 7.000 personas durante la pandemia y, según pudo saber la Cadena Ser, el ejecutivo de Ayuso recorrió por la vía del contencioso administrativo delante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid para vetar la publicación de las actas de las reuniones en las que se tomó la decisión de no dar asistencia hospitalaria a las personas mayores. La citada emisora de radio tuvo acceso, el pasado lunes, a las actas que redactaron los agentes de policía municipal de Madrid durante sus visitas a los centros. De los informes se desprende el horror que se vivía en las residencias donde había cadáveres que pasaban días sin recoger y trabajadores sociosanitarios agotados física y mentalmente ante "la falta de apoyo institucional por parte de la Comunidad de Madrid".