La posibilidad de que Asturias se convierta en un territorio oficialmente bilingüe ha comportado la reacción de un españolismo que se ha mostrado radicalmente en contra de este extremo a través de campañas y manifestaciones públicas en las que el espantajo de Catalunya siempre acaba sacando la cabeza.

De hecho, los partidos contrarios a la oficialidad del asturiano, básicamente el PP y Ciudadanos, defienden en este territorio justo lo contrario de lo que propugnan para Catalunya, es decir, lejos de ejercer de valedores del bilingüismo, lo que hacen es posicionarse claramente a favor de la preponderancia de una lengua sobre otra, a la que quieren mantener en un estatus de semioficialidad.

La reacción contraria a la oficialidad del asturiano, que ha encontrado amplia resonancia en medios del territorio y redes sociales, cuenta, además, con la complicidad de formaciones de ultraderecha y extraparlamentarias, como Vox, y entidades defensoras del supremacismo lingüístico español, como Hablamos Español y Galicia Bilingüe, entre otros, un hecho que demuestra, en opinión del portavoz de la Xunta pola Defensa de la Llingua Asturiana, Carlos Pulgar, que existen "grupúsculos que se atreven a decir en Asturias lo que no se atreven a decir en Catalunya; allí no se atreven a decir que quieren que el catalán desaparezca y aquí actúan sin máscaras".

La batasunización de Asturias

De hecho, a través de perfiles de Twitter como @cooficialidadNo se puede repasar el discurso contrario a la oficialidad, con conceptos repetitivos como la eventual batasunización de Asturias, una supuesta "defensa de la libertad lingüística" contra las "imposiciones" y, sobre todo, con el espejo del proceso independentista catalán como aviso de lo que podría pasar en caso de oficializar al asturiano.

 

Todo ello demuestra que el debate está bien vivo y que la posibilidad de que el Estado español cuente a medio plazo con una quinta lengua cooficial -junto con el catalán, el vasco, el gallego y el aranés- es una pesadilla para los defensores de una España monolingüe que pierde terreno.