Cambiar la historia, fue uno de los ambiciosos argumentos que mencionó Pedro Sánchez en el Liceu para justificar la concesión de los indultos. Más allá de la pompa con que la Moncloa ha querido bañar la aprobación de la medida de gracia -justo el día siguiente del revés del Consejo de Europa- desde el Govern de la Generalitat admiten que a partir de ahora se entra en un cambio de rasante con respecto a las relaciones con el Estado. "Es el momento de volver a hacer política, afrontémoslo con la máxima exigencia y con el compromiso de encontrar una salida acordada que respete la voluntad popular del pueblo de Catalunya", ha subrayado el president Pere Aragonès en una declaración institucional esta tarde acompañado de todos sus consellers.

 

Con la cabeza alta

Es cuestión de horas que después de tres años y medio encerrados, los nueve condenados por el 1-O sean liberados. "Salen con la cabeza alta y los ideales intactos, con la voluntad reforzada de construir una república catalana libre y justa", ha advertido el president. Si bien ha reconocido que "el paso de hoy ayuda a generar credibilidad en el camino de la negociación y el acuerdo para resolver del conflicto" y se ha comprometido a "destinar todos los esfuerzos en esta nueva etapa", Aragonès ha aprovechado su discurso para dejar claro que con el indulto no es suficiente. "Exigimos al Estado español que atienda a la llamada del Consejo de Europa". Es decir, que ponga fin a la represión y retirar las demandas de extradición y parar la persecución contra representantes políticos. "Exigimos que cese la represión y se comprometa a una solución política", ha resaltado.

Desde la galería gótica del Palau de la Generalitat, Aragonès ha redoblado la apuesta "es la hora de la amnistía y del derecho a la autodeterminación. Es la hora de un referéndum acordado. Es la hora de la solución que genera más consenso interno, que asegura el aval internacional y que garantiza una cohesión social del todo irrenunciable".

El Estado reconoce la injusticia

La interpretación que hace el gobierno catalán es que "la decisión tomada hoy por el gobierno del Estado español es un reconocimiento que las condenas fueron injustas". En este sentido, el president ha recordado que aunque representan un soplo de aire con respecto a los presos y sus familias, los indultos son parciales y mantienen "la inhabilitación que limita su derecho político" aparte de no resolver "la situación de los exiliados", ni "la causa general contra el independentismo". "Por eso pedimos la amnistía", ha concluido, y ha prometido continuar "determinados hasta conseguir-la".

Durante su comparecencia ha puesto encima de la mesa la victoria independentista de las elecciones del 14 de febrero, donde por primera vez se superó la barrera del 52% de los votos.

Fuentes del entorno del presidente explican a ElNacional.cat que estudian la posibilidad de organizar una recepción en Palau para los nueve condenados que saldrán libres entre este martes y mañana el miércoles.

En la imagen principal, comparecencia del president en la Galería Gótica del Palau de la Generalitat. / M. F.