Aragonès cree que el CatalanGate amenaza una mesa de diálogo que sigue sin fecha. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha asegurado en una entrevista al diario israelí Haaretz que "un estado democrático no espía a sus ciudadanos" ni escucha "las conversaciones privadas de sus oponentes políticos", por lo cual ha reclamado "un mínimo de confianza" para reanudar las relaciones con el Gobierno. "Es muy difícil estar involucrado en negociaciones políticas si crees que la otra parte te está espiando", ha advertido. Estas declaraciones llegan días después de que el PSOE afirmara que en Catalunya el tiempo de la confrontación [con el Estado] ya ha acabado y se limitara a poner por excusa "la agenda del Ejecutivo" para no fijar una fecha. Por otra parte, el presidente ha lamentado que si bien su partido defiende un "referéndum sobre la independencia, como parte de un acuerdo con el Gobierno" y que "están iniciando una conversación con el Gobierno", pero que el destape del espionaje hace que "ahora haya un problema de confianza". Por otra parte, Aragonès asegura que en ERC tienen "dificultades para organizar, planificar y desarrollar" sus tareas políticas por temor a ser espiados.

Catalunya "no quiere Pegasus"

En la entrevista, Aragonès denuncia que el estado español esté utilizando una herramienta "desarrollada para el antiterrorismo para vigilar actividad política legal". "Como somos un movimiento independentista, se nos considera una amenaza y se nos trata como un grupo terrorista", ha deplorado. Para remarcar su rechazo al software israelí, el presidente incluso ha asegurado que Catalunya "no quiere Pegasus. Pensamos que este tipo de software solamente se puede emplear contra criminales y terroristas", ha aseverado. Con respecto a las relaciones con el Estado a raíz del descubrimiento del New Yorker y CitizenLab, Aragonès ha opinado que si bien los miembros de su partido ya sospechaban que eran víctimas de espionaje, el CatalanGate ha supuesto un duro golpe para la "confianza" con el Estado: "Necesitamos una confianza mínima entre las dos partes para avanzar en las negociaciones. Es muy difícil participar en negociaciones políticas si crees que la otra parte os está espiando", ha dicho en referencia a la mesa de diálogo.

"Dificultades" en ERC

Aparte de ver obstaculizadas las relaciones con Pedro Sánchez, Aragonès ha lamentado que en Esquerra "tenemos muchas dificultades para organizar, planificar y desarrollar nuestras responsabilidades políticas, porque no podemos estar seguros de que nuestros teléfonos sean una forma segura de comunicarse." En este sentido, ha puesto por ejemplo a Marta Rovira, la secretaria general del partido y exiliada en Ginebra. "Cuando tengo que hablar con ella, viajo allí", ha detallado. Aragonès ha señalado los servicios secretos españoles como responsables del espionaje mediante el software israelí Pegasus, el cual únicamente lo pueden adquirir estados. ¿"Qué otro gobierno puede estar interesado en mis actividades"?, ha planteado. El presidente catalán es una de la sesentena de víctimas de lo que ya se conoce como CatalanGate.