Casado, Rivera, Arrimadas... Todos ellos han arrebatado el protagonismo a los candidatos de sus respectivos partidos durante la campaña de las elecciones andaluzas que ha acabado esta noche. El objetivo era arañarse votos entre ellos, quitar alguno al PSOE... pero también evitar que Vox acapare el ala más derechista de su electorado.

Por eso, sus discursos han dado estos días un giro a la derecha como se pudo ver, por ejemplo, con las palabras de Pablo Casado atizando el discurso xenófobo en un acto en Granada o reivindicando la bandera y el sentimiento de españolidad sin descanso.

Mientras tanto, la formación de ultraderecha prometía esta noche desde la orilla del Guadalquivir que harán "historia" y dejarán a "todos aquellos que los han despreciado con la boquita abierta" entrando en el Parlamento. En un acto, plagado de 'vivas' a España y alguno "golfa" a Susana Díaz, sus partidarios presumían de ser la "resistencia" que ha empezado la "reconquista".

Uno de los momentos álgidos del acto de fin de campaña de Vox en Sevilla / Maria Macià

Con un discurso xenófobo y nacionalista radical, el partido amenaza con conseguir hasta cuatro escaños según las últimas encuestas. Eso significaría recoger hasta cinco veces más de votos que en las elecciones del 2015, donde no llegaron ni a un 0,5% del total.

Si alguna cosa ha dado impulso a Vox, por lo menos a nivel nacional, ha sido su batalla contra el procés, uno otros de los temas que ha calentado de principio a fin esta campaña electoral. Catalunya ha aparecido día sí y día también en los actos de los partidos unionistas, que han convertido estas elecciones en una antesala de las generales.

Votar en Andalucía contra el independentismo

Catalunya se ha utilizado como arma arrojadiza para criticar a Pedro Sánchez por tener relaciones con el independentismo, para cargar contra el Govern a raíz de las huelgas de funcionarios o para dibujar desigualdades con Andalucía a nivel de inversión estatal. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, incluso ha llegado a pedir el voto como una manera de ir en contra del nacionalismo catalán.

Esta noche lo repetía, durante el acto de cierre de campaña, también en Sevilla. El líder de Ciudadanos se ha abierto a aquellos andaluces que han votado al PSOE pero ahora "han dicho basta" y ya no admiten a Pedro Sánchez "sus ocurrencias ni sus pactos con los separatistas".

rivera arrimadas sevilla - efe

La líder de Cs en el Parlamento, Inés Arrimadas, ha reivindicado sus protestas "indignada" cuando en la cámara catalana se critica a los andaluces y ha cargado contra "aquellos que gobiernan con quienes llama 'bestias taradas' a los andaluces que se marcharon a Catalunya". "¿Sabéis que los socios del presidente Sánchez llaman colonizadores lingüísticos a aquellos que fuimos a Catalunya desde otros lugares de España?", ha criticado.

El PP se ha despedido desde el hotel NH Collection en el centro de la capital que, por cierto, es la misma localización escogida por Cs para celebrar este domingo la noche electoral. Catalunya tampoco ha faltado en el discurso del presidente popular, Pablo Casado, hablando de la prohibición de indultos a los presos, de las embajadas de "las comunidades autónomas desleales" o de ilegalización de partidos.

Adelante Andalucía y "laso cosas del comer"

"Pero ¿a esta gente qué le pasa?", se preguntaba el líder de IU, Alberto Garzón, en referencia a los discursos de PP y Cs durante el mitin de Adelante Andalucía en Torremolinos. El partido que menos ha hablado de Catalunya en su campaña ha cargado fuerte contra aquellos que sí que lo hacen, acusándolos de no querer hablar de los problemas de los andaluces -"las cosas del comer", tal como se refieren-.

La candidata Teresa Rodríguez también ha cargado contra Susana Díaz por haber utilizado el espantajo de la entrada de Vox en el Parlamento para acumular voto. "Ha hecho media campaña a la extrema derecha", ha criticado, tildándola de "irresponsable".

Pero Díaz lo ha vuelto a hacer. Hasta el último día, se ha erigido como el voto para evitar un posible pacto entre PP, Cs y Vox que la destronaría y cambiaría una hegemonía socialista de más de 30 años por un gobierno de derechas. "Hay que levantarse con responsabilidad histórica, porque hay quien está dando normalidad al discurso más radical de extrema derecha", ha criticado desde el barrio sevillano de Pino Montano, dónde ha dado el último mitin antes de que el domingo el futuro de Andalucía se decida en las urnas.

susana diaz - efe