El Partido Popular recupera uno de sus bastiones históricos. María José Catalá se ha convertido en la nueva alcaldesa de València, en sustitución de Joan Ribó. Los resultados de las últimas elecciones municipales, celebradas el 28 de mayo, permitieron a los populares arrasar por todo el País Valencià, incluyendo en la Generalitat Valenciana. En el gobierno autonómico, el PP ha acabado optando por conformar un ejecutivo de coalición con los ultras de Vox, una decisión que no ha estado exenta de polémica, tanto por los nombres propios --como el del torero Vicente Barrera, que será vicepresidente y conseller de Cultura-- como por las políticas concretas --que pretenden acabar con la promoción del catalán en el territorio-.

A la alcaldía de la capital se ha impuesto el PP, pero en este caso Vox se ha quedado fuera. Catalá no ha entrado a negociar ningún tipo de acuerdo con los ultras, y ha hecho valer su condición de candidata más votada para ser investida únicamente con el apoyo de los 13 concejales populares, que a pesar de quedarse lejos de la mayoría absoluta han sido suficientes. La imposibilidad de conformar una candidatura ganadora alternativa --la suma de Compromís y el PSOE se ha quedado a un concejal de la mayoría absoluta-- ha hecho que los cuatro partidos con representación en el consistorio hayan votado a sus propios candidatos. La del PP ha recibido el máximo número de apoyos, y así València se ha vuelto a teñir de azul como en los tiempos de Rita Barberà.

En su primer discurso como alcaldesa, Catalá ha detallado algunas de las prioridades de su gobierno, entre las cuales hay una rebaja de impuestos y un plan de seguridad, además de apostar por el barrio de La Marina y la ampliación del puerto de València. Esta misma semana, el Ayuntamiento también actuará contra la consolidación del catalán, recuperando la denominación bilingüe de la ciudad. Vox también ha dicho la suya, lamentando su exclusión y cargando contra la nueva alcaldesa. "No se puede decir que sea un gobierno moral, se podría decir que es un gobierno amoral", ha dicho el líder ultra, por haber dejado fuera de su formación.

En Alicante y Castellón también gobierna el PP en minoría

El impulso de los conservadores a la Comunidad también se ha registrado en las otras capitales de provincia. En Alicante, el alcalde Luis Barcala, al cargo desde 2018, se ha mantenido al frente del gobierno municipal después de haber mejorado sus resultados, quedándose a solo un concejal de la mayoría absoluta. Los cuatro representantes obtenidos por Vox también han hecho imposible configurar aquí una alianza alternativa de izquierdas, pero la candidatura de los populares no ha necesitado entenderse con Vox para imponerse.

Y en Castellón de la Plana, el PSOE ha perdido el control de la alcaldía. A pesar de haberse impuesto cómodamente en el 2019, los populares han adelantado ahora a los socialistas, si bien sin suficientes apoyos para gobernar con mayoría absoluta. De nuevo, los resultados han hecho imposible tejer una alianza de izquierdas, y Begoña Carrasco se ha impuesto como nueva alcaldesa de la ciudad, con los ultras de Vox también a la oposición.