Si el independentismo tiene claro que para ganar Barcelona habrá que trabar alianzas -en el flanco soberanista-, en el PSC piensan tres cuartos de lo mismo. Con un matiz importante, que los pactos que vengan después de las elecciones del 26 de mayo tienen que anular sea como sea el debate nacional que vive Catalunya.

Es la conclusión de la charla que ha organizado esta noche el think tank de los socialistas, la Fundación Rafael Campalans, con Jaume Collboni, Lluís Rabell e Imma Mayol. A pesar de saber que durante los próximos cuatro meses el juicio contra los líderes políticos catalanes que organizaron el 1-O sacudirá el tablero político, los tres ponentes han coincidido en la necesidad de aislar la campaña por la alcaldía de Barcelona de todo lo que tenga que ver con el proceso. Y han calificado el juicio de "distorsión".

Con alusiones más o menos directas, los tres han interpelado a Barcelona en Comú y Esquerra, emplazándolos a focalizar sólo en qué modelo de ciudad quieren, a la hora de tejer acuerdos después de las elecciones y, por lo tanto, a prescindir de cuál sea la situación política nacional.

Collboni ha sido muy crítico con los dirigentes independentistas, asegurando que "han levantado muros entre catalanes". Y ha criticado que los comunes los expulsaran del gobierno municipal a raíz del apoyo del PSC al 155. De hecho, lo ha puesto como el ejemplo de lo que hay que evitar.

El exdiputado de CSQEP, Lluís Rabell, que durante su etapa como cabeza de filas en el Parlamento fue vehementemente crítico con el bloque independentista, ha afirmado que "ahora todo el mundo es maragallista, pero que alguien les explique que él también forma parte del régimen del 78".

Imma Mayol, histórica dirigente de ICV, exdiputada y concejala, ha sentenciado que "me cuesta creer que Ernest (Maragall) no quiera sentarse con nosotros a hablar".

Unidad soberanista vs unidad de las izquierdas. La batalla por Barcelona se anima.