El abogado belga de Carles Puigdemont, Paul Bekaert, afirma en una entrevista a la ACN que el candidato de JuntsxCat "tiene que quedarse en Bélgica hasta que Madrid sea razonable" y defiende que puede ser investido vía telemática o por medio de una declaración escrita. Con todo, matiza también que la decisión de quedarse o marcharse es de su cliente y admite que no ha hablado con él sobre el escenario de volver a Catalunya. Argumenta que si el Parlament decide hacerlo presidente es "completamente legal", ya que mientras sea inocente "no hay ninguna base legal para rechazar la investidura".

En este sentido, avisa de que una suspensión de la sesión prevista el martes que viene por orden del Tribunal Constitucional iría "en contra de la democracia parlamentaria". En la entrevista también considera que la justicia española "no es objetiva" y acusa al juez del Supremo, Pablo Llarena, de hacer "un juicio político" al denegar la petición de la Fiscalía de reactivar la euroorden esgrimiendo que Puigdemont quería ser arrestado. "Normalmente aceptas o no arrestar a alguien en función de cuestiones legales, no de estrategia política", afirma.

Bekaert defiende que su cliente "tiene la posibilidad de hablar en el Parlament" porque "ha sido escogido, es candidato y es una democracia". Niega que el president no tenga "plenitud" de sus derechos y argumenta que no conoce ningún artículo de la constitución o la ley española "que tenga bastante base" para decirlo. "Mientras no sea condenado tiene todos sus derechos, tiene todo el derecho de estar en Bélgica y el hecho de que haya una orden de detención nacional en España no quiere decir que él tenga la obligación de ir", apunta al abogado. "Él es quien puede decidirlo. Si va a España, será arrestado mientras haya una orden de detención", recuerda.

En este sentido, el abogado afirma que como abogado su objetivo es que el candidato de JxCat evite la prisión, un hecho que remarca que es "importante" para poder seguir haciendo política. "El objetivo principal [de Puigdemont] es ser presidente y desde la prisión no puede hacerlo, es imposible", observa. Cree, sin embargo, que el candidato a la presidencia espera que la orden de detención será retirada o anulada y, si es así, podrá volver. Según el magistrado belga, aunque la decisión de retirar la orden está en manos de la justicia española "los políticos pueden crear un clima que permita al juez dejarlo libre".

Euroorden y justicia española

Preguntado por si cree que la justicia española es independiente, Bekaert dice que sí pero pone en duda que los jueces puedan dejar de lado" sus opiniones y cree que la justicia no es objetiva. "Utilizaron la euroorden para hacer política y la convención sobre la euroorden dice claramente que no tiene que ser utilizada con fines políticos", asegura. En este sentido, dice, vio un "juicio político" en el pronunciamiento del juez del Supremo, Pablo Llarena, sobre la petición de activar una euroorden aprovechando el viaje a Dinamarca. "La opinión política del fiscal y del juez se pueden leer en sus pronunciamientos", critica.

Sobre la posibilidad de que se emita una segunda euroorden si Puigdemont y el resto de diputados se quedan en Bélgica, Bekaert admite que es posible pero lo ve poco probable. "Si no aceptaron emitir una euroorden en Dinamarca, no veo porque tendrían que hacerlo", asegura. Además, dice que en líneas generales si una extradición ha sido rechazada en Bélgica una primera vez, la segunda también lo será. Por otra parte, el abogado descarta especular sobre si habrá más viajes como el de Dinamarca: "no lo sé, eso es su agenda política".

Una Unión Europea poco democrática

El abogado asegura que lo que más le ha chocado sobre el caso que lleva es que "en Europa fuera posible que ocho consellers estuvieran en la prisión". "No se trata de Catalunya o de la independencia de Catalunya sino de democracia y es por eso que me chocó", reconoce. Se muestra muy crítico con la UE y atribuye el papel pasivo del club europeo con la situación democrática en Catalunya a tres motivos. Por una parte, que algunos países de la UE son democracias jóvenes. "Europa no hace estos países más democráticos", lamenta y avisa de que la democracia en el continente "está en peligro". Según él, en parte "no hay indignación" porque "la gente no quiere derechos humanos, quiere seguridad".

Por otra parte Bekaert destaca el hecho que el hecho de que el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, es del Partido Popular Europeo. Si fuera Polonia, se decidiría que se tiene que castigar el gobierno porque la democracia está en peligro. Si fuera Hungría, no intervendrían, igual que en España. ¿Por qué? Es simple, en Polonia no son los democristianos los que están en el poder", apunta.

El tercer motivo, según su opinión, es que hay estados que tienen problemas internos que pueden traquetear con la situación en Catalunya. En Francia o en el Reino Unido, dice, hay los corsos o los escoceses y por eso estos estados "no simpatizan con los catalanes". "Por una parte quieren tener solidaridad con el PP y también porque no quieren problemas en sus países", concluye.

El recorrido hasta Estrasburgo

Por último, preguntado sobre la posibilidad de acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Bekaert considera que "ahora mismo es pronto para hacerlo". "Primero tienes que empezar recurriendo a los tribunales del país, tienes que agotar todas las vías nacionales y si entonces no hay una solución, puedes recurrir a Estrasburgo", explica. Aunque admite que el proceso es largo también dice que es una posibilidad y recuerda que el tribunal con sede en Estrasburgo ya ha juzgado sobre algunos parlamentarios que no han podido ejercer como tales en Turquía.