El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, lleva días deshojando la margarita del adelanto de las elecciones autonómicas en el País Valencià para que coincidan con las generales del 28 de abril, algo que, sobre el papel y según las encuestas podría beneficiar a los socialistas tanto en las elecciones españolas como en las valencianas. Con todo, Puig afirmó ayer que tomará la decisión "pensando siempre en los intereses de los valencianos y las valencianas".

"Estamos en un proceso democrático en el que lo que importa es que sea la máxima gente la que decida el futuro de la Comunitat", ha explicado Ximo Puig, quien participó en la localidad castellonense de Forcall en un acto de homenaje a los alcaldes y alcaldesas socialistas de los 40 años de democracia.

Con todo, al presidente valenciano se le acaba el tiempo para tomar esta transcendental decisión, puesto que debería comunicarla, como muy tarde, este mismo martes, cinco de marzo, fecha límite para poder anunciar la disolución de les Corts Valencianes y poder concurrir el 28 de abril.

De no tomar ninguna decisión -descartada la posibilidad de una fecha intermedia-, la convocatoria electoral permanecerá inalterable y tendrá lugar el domingo 26 de mayo.