Jorge Rodríguez ha dimitido de su cargo como presidente de la Diputació de València y delegará la alcaldía de Ontinyent tras figurar como investigado por prevaricación y malversación dentro del marco de la Operación Alqueria que se produjo la semana pasada.

“Hemos podido meter la pata, hemos podido ser confiados ser confiados, pero ni yo ni nadie de mi equipo o de la Diputación hemos metido la mano en la caja. No somos ladrones”. Así se ha expresado Rodríguez en una breve alocución a los medios de comunicación, sin preguntas y ha añadido, que su continuidad, no ayuda al cambio de percepción que necesita la diputación de València.

Esta decisión se produce después de unas intensas negociaciones ente el secretario general del PSPV y president de la Generalitat, Ximo Puig, y el propio Rodríguez, quien ha aceptado dimitir de su cargo en la Diputación por el fuerte desgaste político y personal que hubiera supuesto para él mismo, para Ximo Puig y para el partido aferrarse al cargo provincial.

Pero la dimisión de Rodríguez no resuelve la brecha abierta tanto en el socialismo valenciano como ante la dirección del partido a nivel estatal. El secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, dijo que “Rodríguez se tenia que apartar”. Y de hecho, le han suspendido de militancia. Y  Ximo Puig, secretario general del partido, ha propuesto a Antonio Gaspar como candidato a la presidencia de la Diputación.

En los últimos días, ha habido muchos movimientos entre las agrupaciones comarcales de los socialistas valencianos mostrando su apoyo al ya dimitido presidente de la Diputación. Los primeros han sido los más cercanos, los socialistas de Ontinyent y de la Vall d'Albaida, quienes muestran  su "apoyo total, absoluto e incondicional", y a ellos se han sumado otros como los de la Costera-la Canal, la Ribera Alta y la Ribera Baixa o la Fossa de Bunyol. Esta señal muestra que, a pesar de la suspensión de la militancia que ha decidido la dirección del partido, su influencia interna no se va a diluir con tanta facilidad, al menos mientras la justicia no dicte sentencia.

“Órdenes interesadas”

Pero Jorge Rodríguez tiene, además, en su entorno, a personas que están caldeando el ambiente. Entre sus más fieles está quien fue su mano derecha tanto en la presidencia de la Diputación como en la alcaldía de Ontinyent, Ricard Gallego, quien a través de diversos mensajes en redes sociales ha querido defender la inocencia de los detenidos: “Los enemigos del proyecto de Jorge Rodríguez son muy poderosos y nos quieren echar”.” Ha habido órdenes interesadas” y que un policía le dijo que “la cosa tenía que acelerarse”. Gallego abunda en sus comentarios añadiendo que los agentes llegaron a decir: “Joder chico, los de tu partido han tardado en cargarse a tu presidente”.

Ante ello asegura que "me quedé en blanco, porque nosotros no teníamos ninguna información de nada, estábamos incomunicados, le respondí que, en todo caso, si no hubieran montado este escándalo igual el partido no se hubiera precipitado".

En el cruce de declaraciones hay que señalar la del vicesecretario general del PSPV, Manolo Mata, que ha recordado que la situación de Jorge Rodríguez, para la Ejecutiva Federal del PSPV no ha cambiado: "Está suspendido de militancia por acuerdo de la ejecutiva nacional y provincial y se ha designado su sucesor en la Diputación", Toni Gaspar.

Hay una realidad, ha dicho Mata, se ha producido "una detención desproporcionada" y esto ha obligado a tomar "decisiones dolorosísimas" para que Jorge Rodríguez "se marche de la Diputación" y "se dedique a preparar su defensa jurídica".

El juez mantiene el secreto de las actuaciones en la operación Alquería por presunta prevaricación malversación en la contratación a dedos de altos directivos en la empresa pública Divalterra, dependiente de la Diputación de València.

Rodríguez y los otros cinco políticos del PSPV y Compromís están en libertad con cargos. A la vista de las numerosas reacciones que ha producido este nuevo caso judicial que afecta a una institución pública valenciana, todo hace prever, que el verano será propicio para incendiar las relaciones internas entre los socialistas valencianos y que éste incendio alcanzará a las relaciones con los dirigentes estatales ubicados en la calle Ferraz de Madrid.