Empecemos diciendo las cosas claras; la obra de teatro (por decirlo de algún modo) de la compañía Teatro Sin Papeles sobre las discriminaciones relacionadas con la lengua catalana no era una crítica, no era una sátira y no era una comedia. Tampoco era un acto transgresor amparado en la libertad de expresión. Fue, lisa y llanamente, un acto de violencia. Fue un acto de violencia premeditado y construido sobre la subversión de los datos objetivos contra los catalanohablantes, contra las personas de fuera que quieren aprender catalán y contra cualquier persona decente que viva en Catalunya. Y buena prueba de ello es que muchas personas no tuvieron ánimo de ver el vídeo del espectáculo porque sabían el daño que les provocaría. Yo mismo me resistí, cansado de este tipo de agresiones, pero al final lo miré y, efectivamente, me provocó lo que Enric Larreula bautizó como “dolor de lengua”. Hacía tiempo que no veía una manipulación sectaria como esta.
Como imagino que todo el mundo habrá visto la obra, no la describiremos aquí y ahora. Pero sí que hay que apuntar que la base argumental de esta farsa patética es la misma que utiliza la ultraderecha. Se basa en una dicotomía falsa. ¿Salud o lengua catalana? ¿Derechos o lengua catalana? ¿Trabajo o lengua catalana? Nunca dicen: salud y lengua catalana. Siempre contraponen la lengua a cualquier cosa básica, para blindar su privilegio, su pereza y su racismo. Estas chicas, blandiendo un progresismo de poca monta, se convirtieron en altavoz del discurso catalanófobo del PP y de Vox, en un acto pagado con el dinero de todos y con el sello del Ayuntamiento de Barcelona. Como siempre ocurre, esta dicotomía no la harían en ningún otro país del mundo. Si vivieran en Finlandia no se atreverían a decir: “¿Qué es más importante, que yo renueve mi documentación o que yo hable finlandés?”. Porque el conocimiento del finlandés va vinculado a la regularización, por supuesto. Pero si llevamos la falsa dicotomía al extremo, les diré que para mí es más importante que esta chica hable catalán que renovar su documentación o que encuentre trabajo. Porque el futuro de mi país pasa por la pervivencia de mi lengua y no porque esa persona viva aquí. Hasta aquí podíamos llegar. Catalunya y yo podemos vivir sin esta chica, pero no podemos vivir sin el catalán. Si tengo que elegir, como dice ella, ya puede irse porque la lengua se queda.
Cinco siglos después del exterminio de naciones enteras y de la eliminación de sus lenguas y culturas, algunos descendientes de aquellos pueblos alienados y desarraigados vienen a Catalunya a imponer la lengua de sus verdugos y de sus señores. ¿Se puede ser más servil?
Me cabrea que ataquen mi lengua y mi país, pero me cabrea aún más que espectáculos como este hagan daño a los migrantes que vienen a Catalunya a trabajar, a integrarse y formar parte de nuestra gente. El jueves mismo, cuando estallaba el escándalo, acudí a un centro sanitario privado de Sarrià, por razones que no vienen a cuento. La enfermera era sudamericana y hablaba un catalán impecable. No pudo ser más atenta y empática. La doctora era también sudamericana y no hablaba catalán, pero me entendió perfectamente en catalán. Habría preferido que me atendiera en catalán y escribiera la receta en catalán, pero no se puede tener todo en la Catalunya autonómica. Por eso me enfada que la obra de Teatro Sin Papeles haya estigmatizado al colectivo migrante y haya espoleado la demagogia ultra. La pregunta es simple: ¿esta obra fomentó la convivencia o crispó el ambiente? No hace falta responder, naturalmente, porque todo el mundo sabe la respuesta. Una persona migrante que viva en Catalunya y se esfuerce por aprender nuestra lengua como vehículo de progreso lo tiene hoy algo más difícil que ayer, porque se han generado nuevos prejuicios en su contra. Enhorabuena a las actrices amateurs y enhorabuena al Ayuntamiento de Barcelona.
Una de las presuntas actrices explicó, al término del acto, que proviene de El Salvador. Según dijo, ahí no es bienvenida por su condición de periodista. Esto deberíamos contrastarlo, dado que con su farsa teatral han perdido la presunción de verosimilitud y todo lo que puedan decir debe ser puesto en cuarentena. Supongo que presentarse como víctima del presidente Bukele suma puntos en las filas de la izquierda dogmática. Pero lo que sí podemos dar por sentado es que su comportamiento y el de sus compañeras es el sueño más húmedo de Pedro de Alvarado y toda la caterva de conquistadores castellanos de El Salvador. Allí derrotaron a los tres reinos indígenas que había y asesinaron a decenas de miles de personas, empezando por el mítico caudillo Atlacatl. Cinco siglos después del exterminio de naciones enteras y de la eliminación de sus lenguas y culturas, algunos descendientes de aquellos pueblos alienados y desarraigados vienen a Catalunya a imponer la lengua de sus verdugos y de sus señores. ¿Se puede ser más servil? Afortunadamente, nadie ya trabaja físicamente en las encominedas coloniales, pero algunas personas siguen trabajando como colonizadoras para sus antiguos dueños de Castilla.