— No soy capaz de decir que estoy cansada de hacerme la superwoman cuando estoy para el arrastre.
— Creo que nadie puede sustituir a una madre.
— He gastado más en luchar contra mi celulitis que en ayudar a los niños de Gaza.
— No soy capaz de enseñar los brazos en verano porque me da vergüenza porque me los veo demasiado gruesos.
— Cuando alguien es grosero conmigo, prefiero ceder o callar porque me han enseñado a aguantar y a callar para ser una buena niña.
— Digo que mi hija y mi madre son unas intensas.
— No sé salir de casa sin antiojeras y rímel.
— No he hecho nada para luchar contra la mutilación genital en África.
— A veces el buen humor se reduce al shopping.
— Hago como si la regla no existiera en mi entorno. ¡Y me como los malestares ante la gente que se ríe de su dolor de cabeza por culpa de la resaca!
— He juzgado a otras mujeres por decidir no trabajar y quedarse en casa.
— No he ayudado lo suficiente a aquella mujer que se ha juntado con un pariente y sé que está sola en un país que no es el suyo y necesita a una tribu.
— No quiero que me coman el coño porque tengo complejos.
— Cargo el trabajo doméstico a otras mujeres para seguir avanzando profesionalmente y que ellas no lo hagan.
— He criticado el físico de las demás tanto por no hacerse tratamientos como por hacérselos.
— Me creo mejor madre que mi abuela.
— Cuando me dicen que estoy guapa, siempre digo que no, que hago mala cara. Porque nos han enseñado a ser modestas.
— Estoy más tiempo preocupándoseme por mi peso que por la educación de las afganas.
— Doy por sentado que el señor más viejo es el jefe.
— Veo porno.
— Sufro de mucho dolor de espalda por los tacones.
— Hago repetir las fotos porque veo fea.
— Pierdo más tiempo tiñéndome el pelo que luchando para que dejen de maltratar a las niñas con menstruación en Nepal.
— Me cuesta mucha terapia mental envejecer.
— Pienso más lo que me pondré que lo que diré.
— Soy la primera que no deja que la ayuden cuando hago una comida en casa.
— No he hecho nada para luchar por las leyes antiaborto en Estados Unidos porque mi educación católica me hace sentir mal.
— Me hago la manicura cada semana en un sitio de uñas, mientras no paro de mirar el móvil suspirando para que lo hagan más rápido.
— Me he gastado más en depilación que en entender la física cuántica.
— He tonteado con hombres casados.
— Me creo los anuncios de mujeres de veinte años vendiendo cremas milagrosas.
— Acepto con resignación lo que es conciliar un verano con críos.
— Envidio a las madres empáticas que no pierden la paciencia porque meditan cada día.
— Ignoro las señales que me da mi cuerpo cuando alguien me provoca rechazo o cuando mi cuerpo me dice basta.
— Siempre soy yo la que se ocupa de los métodos anticonceptivos.