"Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas"
Sun Tzu
¿Qué les resulta más aberrante, sacar a alguien de un partido de Champions en domingo o interrumpirle las vacaciones? Habrá serias disensiones incluso dependiendo del miembro de la familia al que se le pregunte y, por quedar en tablas, asumamos que algo muy grave tiene que haber pasado en la oficina para tomar alguna de las dos decisiones, o bien es de justicia acordarse del progenitor del jefe y de toda su parentela.
Pues ya ven, el fiscal general del Estado no dudó en hacer salir al fiscal Salto de ese match de su querido Atleti —"¡El fiscal general no puede esperar, lo necesita saber ya y conocer el contenido de los correos!"— para, según ha declarado, acabar con un bulo supergrave que afectaba el honor de los fiscales y del Ministerio Público en su totalidad, a saber, que no pareciera que eran ellos los que le habían propuesto una conformidad al novio de Ayuso, sino que había sido el abogado de este el que lo planteó y la Fiscalía simplemente se había mostrado receptiva. ¿Ven ustedes la hipergravedad para el honor fiscal que tenía esta cuestión? El juez Hurtado tampoco.
Sin embargo, acabamos de saber, por la comunicación hecha por el fiscal Stampa a la fiscal jefe de Madrid que se judicializa ahora, que la susodicha fontanera del PSOE, Leire Díaz, le ofreció acabar con los problemas que había tenido con la Fiscalía General del Estado y con los flecos de los recursos que había planteado ante el Ministerio de Justicia a cambio de que le diera información, chunga se entiende, sobre su jefe Luzón y sobre cuestiones internas de Anticorrupción. Stampa, al que un tercero le propuso un encuentro con el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, en el que este le iba a "pedir perdón" por lo que le habían hecho en su día Dolores Delgado y García-Ortiz, se llevó una grabadora. Dicen que la policía no es tonta y, al parecer, los fiscales tampoco. Quemado y escarmentado, mosqueado, supongo, grabó toda la cita en la que en vez de Cerdán, ¿quién apareció? Bingo, aparecieron Leire Díaz y Pérez Dolset. Habemus cinta. La tiene un juez, para ser más exactos, pero no duden que acabaremos por oír otro de los más oscuros episodios de estos manejos de los socialistas. No olviden que no somos tontos y no nos tragamos que la señora que no es periodista estuviera haciendo todo esto para escribir un libro.
¿No les parece que es de una enorme gravedad que se vaya usando el nombre del fiscal general y de la Fiscalía General en vano? ¿No es cosa gorda que a dos fiscales los hayan intentado sobornar utilizando como señuelo o bien los cargos para fiscales en el extranjero —como a Grinda— o bien resoluciones que solo competen al fiscal general o al ministro de Justicia? ¿No es indignante que un alto cargo del PSOE sea presentado como alguien con capacidad para pedir perdón por desmanes cometidos por la Fiscalía General? A mí me parece terrible.
Parece complicado y es muy sencillo. Todo apunta a una mecánica de reunificación de dañados o presuntos dañados. Ya saben, los enemigos de mi enemigo son mis amigos
Si es un bulo, si es mentira, si todo esto es una ida de olla de Leire y a lo sumo de su jefe Santos Cerdán, al que le unen ya un buen número de cabos, ¿no hubiera sido el momento para desmentir clara y taxativamente que hubiera nada político por lo que pedir perdón en el caso de Stampa o que los cargos o las resoluciones que afectan a los fiscales españoles dependan del PSOE? Un momentazo para salir del amodorramiento vacacional y hacer una nota de prensa inflamada en defensa del honor de la Fiscalía y acabando con cualquier bulo al respecto. No entiendo esa diligencia suma en un caso y esta desidia en otro de apariencia más grave. Es ironía, claro que lo entiendo y ustedes también. Vean que no voy a ponderar siquiera la posibilidad de que sea verdad, es decir, de que estuviera hablado y consensuado que el partido en el gobierno pudiera ofrecer prebendas o tratos determinados por cuenta de una institución como la Fiscalía del Estado. Ni se me ocurre, vamos. Cosa distinta es que alguna mente malvada pueda pensar que desmentir lo del novio de Ayuso beneficiaba el relato de unos y lo que hacía Leire a los mismos y no menear mucho esta cuestión a esos también. Allá cada uno, que yo soy buena chica.
El caso es que lo de Leire nos asaltó apenas hace unos meses, en mayo, con la publicación de unos videos que dejaban claro que las primicias que afirmaban un año antes que el PSOE había puesto en marcha una campaña contra jueces, fiscales, periodistas y la UCO para contrarrestar el caso Begoña, eran ciertas. Nos dio la fontanera unos días frenéticos, con ruedas de prensa surrealistas, y la apología del libro que nunca se escribirá y solo se publicará en forma de resolución judicial. Muy poquito después apareció el informe de la UCO que señalaba al propio Santos Cerdán y que acabó con sus huesos en Soto del Real, los hechos se volvieron locos como en un centrifugado y lo de la fontanera que no gusta a los fontaneros de verdad quedó en suspenso. Pues vuelve. Vaya si vuelve.
Atentos a las pantallas porque septiembre reeditará este hit que implica un ataque frontal a fiscales y jueces pero del que nadie institucional ha tenido a bien decir nada. El intento de soborno al fiscal Stampa, y la cinta que este grabó, y la causa iniciada por el mismo intento al fiscal Grinda —al que se le pedía si quería un nombramiento que archivara los casos Pujol, 3%, Sumarroca, Aguas de Girona, Banca Privada de Andorra, Caranjuez y Zed— están judicializados y a ellos se une la inhibición de Badajoz por los manejos de Leire con el exjuez Sáenz de Tejada para cargarse el caso del hermanísimo y, de paso, a la jueza que lo lleva, Beatriz Biedma.
Parece complicado y es muy sencillo. Todo apunta a una mecánica de reunificación de dañados o presuntos dañados. Ya saben, los enemigos de mi enemigo son mis amigos. Me cuentan que, con una ejecución como poco torpe, la fontanera socialista y el empresario Dolset, con el agraviado Rosell como introductor de embajadores, fueron por ahí convenciendo a los damnificados de que lograrían revertir las causas iniciadas por la policía patriótica del PP y así consiguieron apoyos y financiación aunque los demás no sabían que yendo contra una cloaca nutrieron la otra. Por otra parte, se quisieron utilizar debilidades de fiscales o rebotes profesionales o incluso vendettas personales pendientes para instrumentalizarlas de forma que todas esas energías negativas convergieran en un único fin: ayudar al PSOE y a su secretario general en las causas que se ciernen sobre ellos.
El bulo muere en manos de la verdad. Que así sea.