Hace frío. Se investiga al PSOE por corrupción, a los Pujol por evasión y a Mazón por cara dura. Las estrellas Michelin pierden brillo y el Barça se queda sin esplendor. Pero de todas las noticias, me quedo con la publicada ayer en este diario por Anna Solé Sans hablando de la cuffing season.

En 1992 se estrenó Mujer blanca soltera busca. Allie Jones acaba de romper con su novio y busca a alguien que le haga compañía y que comparta los gastos del piso de Manhattan. La elegida es Hedy Carlson, una chica que ha perdido a su hermana gemela y que ve en Allie un modelo a seguir… Pero el cuffing season no va de pagar el alquiler. Es el momento del año en que los solteros buscan una relación más o menos romántica para pasar los meses más oscuros y fríos del año. Hacerse compañía hasta el buen tiempo, vaya. De modo que si getting cuffed se refiere a entrar en una relación comprometida, la cuffing season es solo una temporadita.

Se ve que las búsquedas en internet relacionadas con sexo muestran picos tanto en verano como en invierno, y existen estudios que indican un aumento de la actividad sexual en torno a la Navidad

Se ve que las búsquedas en internet relacionadas con sexo muestran picos tanto en verano como en invierno, que existen estudios que indican un aumento de la actividad sexual en torno a la Navidad y que las aplicaciones de citas también reflejan esta tendencia. Y todo por el frío… y por la Navidad. Porque, claro, pasamos más tiempo en casa y las apps de citas van a tope. Pero es que vemos a la familia y a nuestro círculo social durante las fiestas y, aunque no haya presión explícita, pues mira, está ahí.

Y después está la biología. ¿Afecta? Leo con fruición en el texto de Anna Soler Sans que algunas especies se reproducen solo en ciertas estaciones. Concretamente, las vacas, que necesitan pastos frescos cuando nacen las crías. Nunca lo había pensado. Pero, claro, los humanos podemos reproducirnos cuando nos da la gana. O, mejor dicho, cuando podemos. Otra cosa son nuestros neurotransmisores. Si hace frío, podemos tener algo de depresión y esto puede influir en la libido. Y la disminución de la luz del sol reduce los niveles de serotonina y esto afecta al humor y la energía. Pero, al mismo tiempo, esto mismo puede empujarnos a buscar el contacto para estar mejor. Ahora bien, creo más en el efecto cueva. En lo atávico de buscar tener a alguien al lado para mantenerse caliente durante el invierno. Y, especialmente las mujeres, que siempre han tenido mayor percepción de frío. Dicen que las hay que antes de acostarse en chándal y calcetines pasan el secador con aire caliente por la cama. Dicen.

En fin, que estamos a punto de vivir, si no la vivimos ya, la tormenta perfecta causada por el clima, la cultura, la tecnología y la biología. La tormenta perfecta que lleva al soltero o soltera a la búsqueda de alguien con quien pasar el frío invierno. Aunque, cuidado, en Mujer blanca soltera busca surge una gran amistad entre las protagonistas. Pero poco a poco la cosa toma un rumbo algo peligroso y asfixiante. De modo que si tenéis sospechas de que la cosa no irá bien, hay una alternativa mejor: hibernar. Como lo hace el oso pardo, el erizo, la marmota, la serpiente, la tortuga, la rana o la salamandra. Todos ellos no sabrán hasta dentro de unos meses cómo acaban el PSOE, Pujol o el Barça. Como nosotros, vaya.