Este guion lo habría podido escribir el mismo Álex de la Iglesia. La semana empezaba mal con el aplazamiento del esperado partido entre Barça y Madrid. La vehemencia de Javier Tebas, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), llevaba a posponer uno de los grandes acontecimientos deportivos que atrae a millones de personas delante del televisor. Que Tebas militara en Fuerza Nueva, que se declare votante de Vox o que muestre admiración hacia Santiago Abascal, seguro que no ha tenido nada que ver para justificar la suspensión.

Pues a falta del Clásico, hoy, 44 años después, el gran acontecimiento, The Franco exhumation show, ¡en vivo y en directo! La exhumación de Francisco Franco es el acto central de campaña del PSOE dos semanas antes de las elecciones, la apuesta de Pedro Sánchez para intentar aguantar en las urnas. Sacar al Caudillo de la pirámide franquista; sacar al genocida del mausoleo fascista; sacar a la bestia de la guarida, en el tiempo de descuento, al hombro y por la puerta grande. Y todo eso, en riguroso directo con la señal oficial de TVE y con un montaje de película: unidades móviles, helicópteros, enviados especiales a pie del Valle de los Caídos, ¡no me digan que no es pura ciencia-ficción!

Más de cuatro décadas hemos tenido que esperar para ver salir al dictador de su resorte, casi los mismos que lleva instaurada la democracia a España. Que la exhumación del genocida, quien impuso el franquismo por delante de la democracia, sea transmitida como un verdadero funeral de Estado, dice mucho de la baja calidad democrática de este país. Que el PSOE tenga que recurrir a la momia franquista para salvar los comicios electorales que ellos mismos convocaron, dice mucho de la incapacidad política para gobernar o para dar una respuesta política para Catalunya.

Les tengo que reconocer que, el martes pasado, me puse un poco nervioso cuando pillé a medias la tertulia de El Món a RAC1. Nervioso por los comentarios de los tertulianos con risas persistentes y prolongadas donde incluso el mismo Jordi Basté no se quedó al margen. No podía entender las risas como respuesta al pasado pendiente; las risas como respuesta a Franco y el olvido a las víctimas. Pues les tengo que reconocer que los tertulianos del Món a RAC1 tenían toda la razón, la anécdota elevada a categoría, que vale más reír que llorar y que todo es una auténtica "parodia nacional".

Sean francos, ¿alguien pensaba ver salir a Franco en helicóptero del Valle de los Caídos? ¿Alguien pensaba ver a uno de los mayores genocidas de Europa ser escoltado por la Guardia Civil y la Policía Nacional para evitar y controlar las represalias de sus fieles? ¿Alguien se podía imaginar volver a ver al féretro con la momia de Franco a hombros de sus descendientes? ¡Pues sí a todo! La recompensa del PSOE a la familia Franco, la única familia que no ha pedido su exhumación, por puro marketing político. En cambio, las peticiones de las familias de los más de 33.000 republicanos que todavía hay en el interior del Valle, olvidadas. ¿Por qué se exhuma a Franco y no los millares de republicanos? ¿Por qué se aplica la ley de memoria historia española con diferente nivel? Pues porque todavía hay perdedores y ganadores.

El coste total de sacar a Franco ha sido de más de 60.000€. ¿Cuántos republicanos se habrían podido recuperar del Valle de los Caídos con este dinero?

Hoy la cosa irá más o menos así. A principios de semana, el secretario general de Presidencia, Félix Bolaños, notificaba al abogado de la familia Franco el día de la actuación y la posibilidad de que asistieran familiares. Un detalle, el abogado de los Franco es Luis Felipe Utrera Molina, hijo del ministro franquista José Utrera Molina, el falangista que, entre otras acciones, dictó la sentencia de muerte de Salvador Puig Antich; quien el año 2014 fue reclamado por la justicia internacional por los crímenes contra lesa humanidad cometidos durante el franquismo; y quien el año 2017 murió en la cama, igual que Franco, sin ser juzgado.

Hoy, el acceso a la basílica será mediante un arco metálico y encima de la tumba del dictador se ha instalado una carpa. Al interior sólo podrán acceder dos de los veintidós familiares de los autorizados para estar presentes. En el momento que la grúa levante la losa de más de 1.500 kilos, en el interior de la carpa también habrá la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y el subsecretario de Presidencia, Antonio Bolaños.

Una vez extraído el féretro con la momia, el prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, lo bendecirá. Para quien no lo conozca, el prior del Valle es un monje benedictino que el año 1993 se presentó a las elecciones del Congreso de los Diputados con Falange Española.

Los familiares del dictador transportarán el féretro al hombro hasta la explanada donde empezará el viaje de Franco en helicóptero hasta el cementerio de El Pardo-Mingorrubio ―¡delirante!―. Dos helicópteros Super Puma esperan impacientes el momento. Y si las condiciones meteorológicas estropean el esperado vuelo, dos vehículos fúnebres serán el recambio. Ambas opciones tendrán la compañía de la ministra Calvo y uno de los nietos del dictador. Y con la llegada al panteón, la guinda: una misa con pompa y con todos los honores a cargo de un sacerdote que resulta ser el hijo de Tejero, el hijo de quien dio el golpe de estado del 23-F. ¡Y otra vez enterrado!

Y para acabar con esta parodia más típica de Berlanga que de un estado democrático, la familia Franco se ha negado a adquirir el panteón familiar que es titularidad del Estado. Poner a punto el panteón franquista le ha costado a la Moncloa casi 40.000€. El coste total de sacar a Franco, más 60.000€. ¿Cuántos republicanos se habrían podido recuperar del Valle de los Caídos con este dinero?

El Estado prefiere invertir en la exhumación de Franco para ganar unas elecciones y seguir escondiendo a los más de 114.000 desaparecidos. El PSOE prefiere hacer política con Franco por delante de dar una respuesta política para Catalunya.

El PSOE ha apostado por Franco para ganar las elecciones del 10-N. Pedro Sánchez ha preferido recuperar la figura del dictador y el discurso ultranacionalista español para competir con la derecha española y con Catalunya en el centro del debate. Pues que hagan memoria, porque los votantes de derechas nunca comprarán su discurso, más bien engordarán la figura de Pablo Casado y del PP. Y este sí, Casado, en caso de llegar a la Moncloa, no dudará en volver a exhumar a Franco, pero esta vez para llevarlo de nuevo al Congreso.

Mejor preguntémonos por qué pasados 40 años hace falta un helicóptero para sacar a Franco; por qué tenemos presos políticos, exiliados y una sentencia que es la única violencia y por qué la esencia de la política, sentarse y dialogar, es negada por parte del Estado.