El 80% de la población mundial bebe café o alguna bebida que contiene cafeína para iniciar el día, la cafeína es la sustancia psicoactiva más consumida en el mundo

Quizás no sabíais que el país del mundo donde hay más especies de café silvestre es Madagascar. La mayor parte de las variedades cultivadas de café proceden de dos especies, conocidas como arábica y robusta, pero últimamente está también teniendo éxito una nueva mezcla de café denominada libérica, originaria de África, que proporciona un sabor más intenso y que, además, presenta ventajas de cultivo, dado que es más resistente a la sequía y al calor extremo. Estas dos características hacen a la variedad libérica muy adecuada para atender la alta demanda del cultivo del café a pesar del cambio climático, y muchos países asiáticos están interesados en incrementar su cultivo. En torno al 60% de las especies silvestres de café están en peligro de extinción, lo cual supone un riesgo para la sostenibilidad y la economía de muchos países en desarrollo. Un artículo reciente demuestra que, de hecho, la variedad denominada libérica no corresponde a una única especie de café, sino a una mezcla de tres especies, todas de origen africano, de países en torno al golfo de Costa del Marfil, incluyendo Liberia. Cultivar nuevas especies y variedades y conocer qué características pueden aportar nuevos híbridos puede ser muy relevante para asegurar la producción de café.

¿Por qué hay tanta gente que bebe café, principalmente por la mañana? Evidentemente, la cafeína genera adicción, pero no a todo el mundo le gusta ni le sienta bien. Además del conocido efecto sobre la disminución de la somnolencia y el incremento del estado de alerta, la gente muy sensible al café se queja de taquicardias y un incremento de presión sanguínea, y dificultades para dormir por la noche, y deja de tomar café voluntariamente. Sin embargo, mucha gente depende del primer café matinal y comunica una mejor capacidad de concentración, rendimiento físico e, incluso, de sensación de felicidad. ¿Es eso cierto? Muchos estudios se han hecho en un laboratorio, pero las personas tomamos café durante nuestro día a día y es ahí donde habría que analizar estos efectos sobre el componente emocional. Por eso, un estudio de seguimiento de 4 semanas en 236 voluntarios de 18 a 29 años en Alemania, dentro de su vida diaria, demuestra la asociación del café de la mañana a un sentimiento positivo de bienestar personal: los voluntarios manifiestan sentirse de mejor humor si toman el café menos de 2 horas y media después de levantarse, mientras que si lo toman en otras horas del día no sienten este impacto afectivo. Igualmente, hay una cierta disminución en los sentimientos negativos, pero esta asociación no es tan significativa y no depende de la hora del día en que se consume el café. En este estudio no participaban personas que no les gusta el café.

Uno de los principales efectos de la cafeína es bloquear la unión de adenosina a sus receptores neuronales y como la unión de adenosina promueve la sensación de somnolencia, si la cafeína —con una estructura molecular que se parece a la adenosina— se une, la adenosina no puede activar sus receptores. El bloqueo de la acción de la adenosina favorece la producción de dopamina en ciertas áreas del cerebro, lo que causa esta sensación de mayor alerta y también de bienestar. Ahora bien, las personas que consumen normalmente café, aunque no sean grandes consumidores, tienen el cuerpo acostumbrado a la dosis diaria de cafeína, y puede ser que cuando se levanten después de una noche de descanso, tengan síndrome de abstinencia, entonces, el hecho de tomar el primer café haría desaparecer la sensación de incomodidad y reduciría el sentimiento de bienestar. De hecho, este estudio no permite distinguir si el bienestar que se disfruta al tomar la primera taza de café por la mañana es debido al hecho de apaciguar la necesidad que generaría el síndrome de abstinencia en las personas que son amantes (y adictas) al café, o a la promoción de una sensación real de bienestar. Otras limitaciones son que la mayoría de los voluntarios que participaron en el análisis eran mujeres, y podrían ser que la respuesta sea diferente en hombres. Además, la edad de los voluntarios era muy joven y se pueden ver diferencias en otras edades. Tampoco se ha hecho un análisis exhaustivo de los ritmos circadianos de los participantes.

La cafeína tiene múltiples efectos sobre nuestra salud y no se puede abusar de ella. En todo caso, la sensación de bienestar que tenemos cuando bebemos la primera taza del café de la mañana parece refrendada por estos resultados. Y hay que decir que los humanos no somos los únicos animales a los que nos gusta la cafeína. Hay muchos insectos, como abejas y abejorros, que prefieren chupar el néctar de plantas que tienen cafeína... ¡Vendría a ser su taza de café!