Una cosa os voy a decir. Que jamás un imaginario gobierno de la Generalitat en manos del PSC, Ciudadanos, Vox y el PP se habría atrevido a tanto. A tanta política premeditada en contra de la mayoría social del independentismo. En contra del conjunto de la sociedad catalana, engañada, escarmentada. Los españolistas nunca se habrían atrevido a promover una legislación aún más restrictiva en contra de la lengua catalana que la que ha hecho este gobierno de chuletas. Nunca habrían osado españolizar ni más ni mejor la tevetrés. No habrían podido convertir el cuerpo de los Mossos de l’Esquadra en una policía tan amiga de la represión y del españolismo de la ultraderecha. Tengo una amiga muy independentista, muy lista, que tiene un trabajo muy bueno en el Departament d’Interior, en el departamento de la policía integral de Catalunya. A veces costaba hablar con ella ya que, según mi amiga, los Mossos integrales, hagan lo que hagan, tienen integralmente razón. Sobre todo cuando sacan la porra y empiezan a repartir hostias integrales. Solíamos estar siempre en desacuerdo hasta ahora, que le han procesado a su sobrino y le piden muchos años de cárcel por participar en una manifestación independentista. Nunca menospreciéis el poder de las tietes. Ahora mi amiga me entiende mejor que antes. Lo de la represión policial está muy bien hasta que le tocan al sobrinito. La Tieta de Joan Manuel Serrat es mucho más el himno sociológico de Catalunya que Els segadors. Lo que no creo es que alcance para hacer demasiadas independencias.

Mi amiga la tieta se había mirado con mucha simpatía las demostraciones de fuerza del independentismo. Fue a la heroica concentración ante el Departament d’Economia y, un día que estaba animada, me dijo que me preparara. Igual que el president Puigdemont, que me preparara. Muy bien. Que tenía que comprarme una radio de pilas porque los agentes secretos del Tsunami nos dirían lo que teníamos que hacer. Porque tenían previstas unas movilizaciones que servirían para dejar las cosas claras. Y, efectivamente, sí que quedaron muy claras. Después, este verano, han quedado aún más claras al ver la famosa piscina. Una piscina que nos ayuda a clarificar las cosas como nos ayudó la perspectiva de la suite del Palace de Duran i Lleida. El veterano político indicó, en aquella polémica, que lo de la suite no le importaba a nadie y que solo era puro chisme. Pero políticamente importaba. Claro que importaba. Y muy mucho. Porque a la opinión pública no puedes decirle sobre qué debe interesarse y sobre qué no. Los políticos a menudo pierden el mundo de vista. Creen que pueden mandar en todo y sobre todo el mundo.

Hemos aprendido que los políticos son interinos, personas que están de paso en la administración, en el poder. Y que los que mandan de verdad son los altos funcionarios, con el puesto asegurado de por vida. Y que esto ocurre en Madrid, pero también en Barcelona. Acabamos de saber que el Govern de la Generalitat no se retirará en bloque de todas las causas abiertas contra manifestantes independentistas. Que los abogados de la Generalitat que pagan con mis impuestos —y con los impuestos de la mayoría de los independentistas— servirán para acusar y, si pueden, condenar, a manifestantes independentistas. Y eso que el Govern de la Generalitat dice que es independentista. Dicen, dicen, dicen. Los Mossos de l’Esquadra parecen ser en la Generalitat lo mismo que es la Guardia Civil en el Gobierno de Madrid. Una colección de ultraderechistas con agenda propia, un poder fáctico, un poder en sí mismo que impone su voluntad al margen de lo que digan los políticos democráticamente escogidos. Mi amiga la tieta acaba de llamarme para ir a refrescarnos. Le he preguntado a dónde quiere ir y me ha dicho que a la playa. Que ya no le gustan las piscinas. Veremos lo que le dura.