Tal día como hoy del año 1815, hace 207 años, el rey Fernando VII; que ocupaba, de nuevo, el trono español después de que las potencias ganadoras de las guerras napoleónicas lo obligaran a retornar a Madrid (9 de junio de 1815); nombraba a Francisco Casimiro Marcó del Pont y Ángel, nuevo gobernador español en Chile. Marcó del Pont (Vigo, Galicia, 1765) era hijo del negociante catalán Bonaventura Marcó del Pont i Mayol (Calella, Maresme, 1738); que había sido uno de los pioneros de la emigración catalana a Galicia y de la creación de fábricas de conservas y de salazón en la ría de Vigo. Los Marcó del Pont formaban parte de un numeroso grupo de emprendedores catalanes como los Buch, los Escofet, los Corbera, o los Fàbregas; que se habían convertido en la élite económica de la ciudad.
La llegada de Marcó del Pont a Santiago de Chile generó opiniones muy negativas. En aquel momento, Santiago era una ciudad que rozaba los 100.000 habitantes (Barcelona tenía 120.000), pero estaba totalmente abandonada por la administración colonial española. Según el historiador chileno Joaquín Edwards Bello, las calles y plazas de la ciudad no estaban empedradas, no tenían alumbrado público, y las casas no estaban conectadas a ningún tipo de alcantarillado. Edwards dice que "en Santiago no había vidrios, ni letrinas, ni más alumbrado que el de las velas de sebo, sostenidas en pelotas de barro que sacaban a mano de las acequias.. Lo que ahora llamamos W.C. era el zambullo, un canco hediondo que sacaban de las casas y cantinas una vez al mes".
Según Edwards Bello, Marcó del Pont no promovió ninguna infraestructura de modernización de la ciudad, pero "a esta ciudad trajo el señor Marcó del Pont alguna escupidera, peines, cepillos, jabones finos, y algún carruaje con vidrios, todo lo cual , pareció insólito. Lo compararon con la Pompadour y le dieron fama de afeminado". En febrero de 1817 escapó del general Bernardo O'Higgins, nombrado Director Supremo de la nueva República chilena, después de un año y medio de gobernación sin pena ni gloria. No obstante, no volvió a la metrópoli y murió, seis años después, en Chacabuco (Provincias Unidas de Río de la Plata).