Justo hoy, Josep Rull, Jordi Turull, Raül Romeva y Dolors Bassa cumplen mil y una noches en prisión. Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Junqueras y Forn llegaron a esta maldita cifra ya hace cuatro meses y Carme Forcadell llegará antes de Navidad. Cinco de las personas exiliadas (Puigdemont, Comín, Ponsatí, Puig y Serret) superaron los cuatro dígitos en pleno verano, Anna Gabriel también los cumple hoy y Marta Rovira los superará antes de Navidad.

Todos ellos, todas ellas suman 16.000 noches encarcelados. Más de 43 años en total. Por organizar un referéndum. Casi los mismos años que el rey español Juan Carlos I estuvo en el cargo, saqueando las arcas públicas y prolongando la ideología de quien lo nombró como sucesor. El monarca emérito ha huido a los Emiratos Árabes (lo suyo es una huida, no un exilio) después de haberse hecho público que había robado nuestro dinero. El mensaje de la supuesta democracia española es deplorable: ser un ladrón sale gratis, buscar la libertad se castiga. No haría falta ser independentista para verlo.

Presos políticos y exiliados suman 43 años privados de libertad, casi el mismo tiempo que el rey emérito estuvo robando al pueblo

En paralelo, en una entrevista en El Punt Avui de hace dos días, Jaume Asens dice que el delito de sedición se puede reformar en tres meses y así tener los presos libres para la campaña electoral de febrero. Vaya de antemano que Asens me parece una de las personas más honestas dentro del espacio Comuns-Podemos. Él condujo el coche que llevó a Toni Comín al exilio y contactó con Gonzalo Boye para que llevara la causa.

Dicho esto, sin embargo, me cuesta leer esta afirmación sin que se me revuelvan las entrañas. Ya hace tres años que nuestros legítimos gobernantes están en la prisión y en el exilio, ya hace un año que el espacio político de Asens forma parte del Gobierno más progresista de la historia, ¿y ahora nos habla de tres meses más? Suponiendo que fuera creíble, ¿no basta con 16.000 días? El diputado catalán en el Congreso afirma que el objetivo es que se pueda hacer una campaña en igualdad de condiciones y no puedo evitar preguntarme si esta supuesta prisa de ahora viene dada por el hecho de poder limpiar la imagen de su partido con vistas a los comicios en Catalunya.

La libertad de los presos y el retorno de los exiliados es un acto de justicia imprescindible y tendría que ser condición sine qua non para cualquier posible negociación con el Estado, pero con pago por adelantado y no con promesas firmadas en cheques en blanco. Primero, la libertad. Después, el diálogo. Porque si no, pasará como con el libro oriental de Las mil y una noches, que detrás de una historia viene otra y otra, y otra más que nunca acaba y así se eterniza la decisión. No necesitamos a más Sherezades que alargan la noche, que no nos expliquen más cuentos ni nos digan que después de un día ya vendrá otro: hay 16 personas que cuentan los días de otra manera y desde otro lugar, lejos de casa o entre barrotes.