Nadie duda de la necesidad de tener un inodoro en el domicilio. Ahora bien, nadie se lo imagina en medio del comedor, ¿verdad? El inodoro es una instalación limpia pero depende de donde se ubique, ensucia. Pues bien, lo mismo pasa con los aerogeneradores, conocidos popularmente como molinos de viento. La energía eólica es limpia pero depende de dónde quiera colocarse, ensucia. Este ingenioso ejemplo —pensado por el ilustre poeta tortosino Gerard Vergés, muerto en el 2014— refleja con nitidez la situación que se vive en las Terres de l'Ebre y en particular a la Terra Alta.

Es la cuarta comarca menos poblada de Catalunya (11.483 habitantes), una de las más pobres y la que más despoblamiento sufre —además del envejecimiento— y, por el contrario, produce casi el 30% de los megawatts eólicos del país, y no, esta concordancia no es una casualidad: las empresas explotadoras buscan lugares con poca gente, rurales y con menos riqueza, para los cuales sea más complicado articular una respuesta de rechazo, porque el suelo rústico es más barato que el urbano y para deslumbrar a sus habitantes con supuestos beneficios económicos si permiten la implantación de centrales. Porque sí, son centrales eólicas, y no parques. La manipulación del lenguaje también juega un papel importante: un parque tiene árboles, es verde e incluso puede tener columpios para que juegan niños y niñas. Producir energía es un aprovechamiento industrial, los aerogeneradores son una explotación energética. Los parques son otra cosa. Que de eufemismo en eufemismo vamos creando marcos mentales condescendientes, destrozando el paisaje y fomentando, todavía más, el desequilibrio territorial.

Producir energía es una explotación industrial, los aerogeneradores son una central eólica. Los parques, son otra cosa

Es que allí bajo hace mucho viento, mis diréis. Sí, claro está. Pero ni es el único sitio del país donde mis despeinamos, ni estamos diciendo renuncie a nuestra parte de responsabilidad. ¿Por qué no hacemos que cada comarca asuma el porcentaje de fabricación energética que le corresponda? ¿Cuál tiene que ser la aportación del sur del país al total de la producción? ¿Cuántas centrales puede asumir cada comarca? ¿Dónde se han ubicado los medidores de viento? Porque es muy fácil que la estadística diga que en el Ebro sopla mucho lo viento si la gran mayoría de los medidores están plantados por aquí abajo (si hiciéramos un estudio para saber dónde hay más paradas de metro en Catalunya, saldrían todas en Barcelona porque en ningún sitio más hay metro, no sé si nos vamos entendiendo).

Por otra parte, a la hora de instalar una central eólica, además de los criterios paisajísticos, de valor patrimonial, de flora y fauna, de intensidad del viento y de impacto medioambiental, también tendría que prevalecer el criterio de la masificación. El hecho de ensuciar no sólo depende del sitio donde se ubican los molinos sino también del número de instalaciones que implantas en la misma zona y de cuántos aerogeneradores tiene cada proyecto. Un inodoro en medio del comedor ensucia pero si pones treinta repartidos por toda la casa, la concentración de suciedad es mayúscula y, quizás, innecesaria: no vive allí tanta gente como para generar tanta defecación. Tanta mierda no se puede digerir, ya me perdonaréis la escatología. Es como si la gente de Catalunya fuera pasando por tu casa a hacer sus necesidades y después de tirar de la cadena, se marchara tranquilamente a su lugar de origen, limpio y aseado.

La comarca de la Terra Alta, con menos de 11.500 habitantes, produce el 30% de energía eólica del país

Pongamos cifras. A día de hoy, en Catalunya hay en funcionamiento 34 centrales eólicas, 15 de las cuales están en las Terres de l'Ebre y el Priorat y 8 en el Camp de Tarragona: eso representa el 68% Si a estas 34 ya existentes sumamos los proyectos con autorización administrativa y los que están en tramitación, la cifra se eleva hasta 83 centrales. De estas ochenta, 33 corresponderían a las Terres de l'Ebre (12 de ellas en la Terra Alta) y 13 en el Camp de Tarragona: 46 instalaciones en el sur para representar lel 55% del total (fuente: eoliccat.net). En la Terra Alta hay prácticamente 35 kilómetros lineales de molinos de viento que atraviesan la comarca de punta a punta y se proyectan nuevos molinos de hasta 150 metros sin tener en cuenta la voluntad del territorio. El Consell Comarcal —con diversidad de partidos políticos— ha aprobado, por unanimidad, una moción para oponerse a esta agresión y hace frente común con plataformas ciudadanas, ecologistas y pequeña y mediana empresa de la zona.

Más porquería

Si hablamos de energía, abramos, por un momento, un poco más el foco. En el estado español hay 7 reactores atómicos, 3 de los cuales en Catalunya y —¡oh! ¡sorpresa!— todas estas centrales nucleares del Principado se encuentran en el sur. La de Vandellòs (Baix Camp) se construyó entre 1967 y 1981 (Vandellòs I y Vandellòs II) y el primer reactor sufrió un grave accidente en 1989, después del que se procedió a su cierre el año siguiente (todavía se está desmantelando, el proceso es lento). Con respecto a la de Ascó (Ribera d'Ebre), sus dos reactores se pusieron en marcha en 1984 y 1986 respectivamente. Las prórrogas de explotación pedidas por Endesa harán que los tres reactores catalanes no cierren hasta el 2029 (Ascó I), 2033 (Ascó II) y 2035 (Vandellòs).

Aparte, la promotora del vertedero de Tivissa (Ribera d'Ebre), en funcionamiento desde el 2004, ya ha iniciado los trámites para poder cuadruplicar su capacidad, loa cual significa que pasaría a tener 700.000 metros cuadrados. Paralelamente, está el proyecto de macrovertedero en Riba-Roja d'Ebre (ellos le llaman depósito controlado, aquello de los eufemismos) con capacidad para 250.000 toneladas de residuos al año y al respecto, para terminar de arreglarlo, el pasado miércoles 20 de noviembre en el diario Segre se publicaba esta noticia: "El Govern estudia vaciar un vertedero ilegal en Girona y llevar los residuos al de Riba-roja. Viva el equilibrio territorial". Finalmente, tengamos presente que, en Flix, el fondo del Ebro está impregnado de metales pesados, sobre todo mercurio y uranio, fruto de los vertidos reiterados que la empresa química Ercros realizó en el río. Hace 14 años que los trabajos de limpieza y descontaminación están empantanados por la corrupción inicial y la falta de voluntad política posterior. Han hecho un muro de hormigón y allí están los residuos, encofrados bajo el agua para que no se muevan.

Y no nos olvidáramos de la central térmica de Enron, agresión que en el 2001 se consiguió detener en Móra la Nova pero que, finalmente, el 2011 se acabó instalando en Vandellòs, ni tampoco del cementerio nuclear que, en el 2010, se quiso instalar en Ascó (finalmente se ha ubicado en Cuenca) y que ellos denominan Almacén Temporal Centralizado (ATC) para disimular un poco, que eso de cementerio suena demasiado a muerte. ¿Ah, y sabéis cómo se llama el ente que gestiona el minitrasvase del Ebro que va hacia el norte de la provincia? CAT: Consorci d’Aigües de Tarragona. Qué bonito y patriótico, te robo el agua del río bajo el nombre de CAT.

La energía limpia es necesaria pero depende de dónde se ubica ensucia, como un inodoro en medio del comedor

Solidaridad mal entendida

Expuesto todo eso, por aquí bajo consideramos que ya hemos contribuido lo suficiente, llamadnos atrevidos, y estamos cansados de modelos impuestos que agreden un territorio concreto de manera reiterada amparándose en una falsa solidaridad y un supuesto progreso. Como dice una pancarta histórica que va saliendo a la calle cuando toca manifestarse, "Les Terres de l'Ebre y El Priorat vendemos vino, no agua". Ni tampoco paisaje. En concreto, La Terra Alta es una comarca que está articulando una propuesta en positivo en torno al paisaje, del turismo, del vino y del aceite. Forma parte de la Reserva de la Biosfera que somos y trata de generar economía no sólo a través de la energía. Son 12 municipios con activos como la Vía Verde, los espacios de la Batalla del Ebro y de memoria histórica o el Museo Picasso de Horta de Sant Joan.

En Catalunya hay una falta de planificación energética y un constante giro de mirada hacia las comarcas de siempre cuando se trata de ordeñar la vaca. ¿Por qué el sur produce el 70% de la energía cuando sólo consume un escaso 20%? ¿Por qué no se acercan los centras de producción a los sitios de consumo? ¿Por qué no se tienen en cuenta otras potencialidades de un territorio valiente, emprendedor, ecológico y positivo? ¿Por qué nos obligáis a invertir nuestro tiempo en tener que defendernos constantemente? Hace falta una moratoria de los proyectos más polémicos y agresivos y una apuesta para potenciar modelos de autoconsumo y ahorro y de eficiencia energética. Estamos a favor de la energía eólica pero en contra de ciertas ubicaciones. Si la energía es renovable, ¿por qué no se renueva también el sitio donde se instala?