Múltiples organismos económicos especializados han hecho previsiones sobre cuánto puede bajar el PIB en el 2020 debido a la incidencia de la crisis sanitaria de la Covid-19. Las previsiones en muchos casos se hacen incluso para el 2021, a partir de una estimación de la caída actual y con diferentes hipótesis sobre la intensidad y la velocidad de la recuperación. Hay una coincidencia generalizada de que la pandemia comportará un porrazo económico nunca visto por los que ya empezamos a tener una cierta edad. Eso, teniendo siempre presente que las previsiones no dejan de ser conjeturas sobre el futuro, por lo tanto, siempre son un poco arriesgadas, más en este caso que nos ocupa, que nos encontramos ante un fenómeno nuevo.

Si en vez de en el ámbito de las previsiones nos situamos en las cosas que efectivamente han pasado recientemente a causa de la crisis sanitaria, nos situamos en un plano más próximo a la realidad. Por citar algunas referencias internacionales, indican que en Alemania, en el primer trimestre de este año (la incidencia del coronavirus no ha sido hasta marzo), se calcula una reducción de su PIB del 2%; en Francia del 6% y en China cerca de un 7%. La repercusión de estas reducciones sobre el PIB anual dependerá de cómo evolucionen las economías en los próximos meses y trimestres. En cualquier caso, estamos ante bajadas insólitas.

A remolque de un problema sanitario y humano de primer nivel, la economía se puede ver arrastrada a una caída insólita, con grandes consecuencias prácticamente en todos los niveles de nuestra vida individual y compartida

En una línea parecida, de medir los efectos de la pandemia sobre la economía hasta el momento, hay que mencionar el Informes Pimec presentado esta semana, en el cual se estima el impacto inicial de un mes de confinamiento sobre el PIB catalán (más concretamente lo hace sobre el VAB, al que si le añadimos los impuestos indirectos obtenemos el PIB).

El estudio contempla el impacto por quincenas, en las dos fases de confinamiento vigentes entre el 14 de marzo y el 12 de abril, una inicial (parcial) y la segunda de confinamiento total. Y se hace tratando 29 sectores diferenciados, para cada uno de los cuales se han calculado niveles de actividad individuales a partir de informaciones del mercado de trabajo, del consumo eléctrico, de encuestas a empresas, entre otros.

El resultado es que el PIB catalán del mes de confinamiento ha sido un 53% inferior al PIB mensual medio del año 2019. La reducción fue mayor en la segunda quincena (60%) que en la primera (47%). En total, la suma de PIB no generado debido a la inactividad se acerca a los 10.000 millones de euros, que equivale a un 4,4% del PIB total del 2019. En el mismo estudio, un cálculo un poco más pesimista de la incidencia del confinamiento sitúa la pérdida de PIB anual en el 5,5%. Por grandes sectores, los que registran unas caídas relativas mayores son la construcción (-85%) y los servicios (-53%). La industria habría generado un PIB un 48% inferior al de un mes normal del 2019. Entre las actividades de servicios, los grandes perdedores son los grupos comercio, transporte y hostelería y actividades artísticas y otros servicios.

La magnitud del impacto económico en un solo mes es sin duda extraordinaria. Se tendrà que seguir de muy cerca, porque a remolque de un problema sanitario y humano de primer nivel, la economía se puede ver arrastrada a una caída insólita, con grandes consecuencias prácticamente en todos los niveles de nuestra vida individual y compartida. Atentos y preparados.