El papa Francisco no se ha podido escapar tampoco de la dictadura de las videoconferencias, y se ha unido a miles de jóvenes de 170 países para inaugurar la Universidad del Sentido, promovida por Scholas Ocurrentes, una fundación pontificia que trabaja en el ámbito de la educación y la cultura. El Papa, autor de la Laudato Sii, su encíclica más ecológica, ha entrado en este encuentro virtual en el Día Mundial del Medio Ambiente. En medio de una videoconferencia masiva, la suya era una cara más en un mosaico con gente de todo tipo.

El papa Francisco dio la bienvenida a las crisis que despiertan a la "humanidad dormida". A Francisco le parecen "positivas" las crisis siempre y cuando no las vivamos solos sino acompañados, porque pueden ser "peligrosas" y llegar a "desorientar" ya que "nos invade el miedo, nos cerramos y perdemos la belleza, y "es la belleza la que salvará el mundo, como nos dijo Dostoiewski". Le gusta, a Francisco, el escritor ruso, con sus personajes solos, atormentados, atrapados, pero donde siempre hay un momento final de purificación, sacrificio y gracia. Muchos se preguntan porque el Papa apoya a esta fundación argentina, que inició localmente y ahora es un referente mundial. De hecho abrirán un observatorio en Madrid sobre ecología pronto. Francisco valora que esta fundación, que nació de una crisis, no alzó los puños para pelearse con el entorno, ni bajó los brazos con desánimo, sino que salió a escuchar el pulso de la opinión pública, especialmente de la gente joven.

Francisco aborrece a la gente catastrofista, que maldice el mundo en que le ha tocado vivir. Y anima siempre a quien busca resquicios de luz para hacer pasar alguna posibilidad de cambio. En el ciberencuentro les dijo que educar es escuchar, crear cultura y celebrar la vida, y no sólo adquirir conocimientos. Educar es "buscar el sentido en las cosas" y lo que le hace falta al mundo son tres conceptos: gratuidad, sentido y belleza. Es sorprendente ver a una persona como él, ya al final de su vida, insuflando esperanza a gente que nació hace una década y media. Su conexión es el paradigma de la fuerza de las conversaciones intergeneracionales. Él se deja modelar también por lo que le dicen los jóvenes, pero no les sonríe altivamente con aquella condescendencia de "ay, pobrecitos ilusos" de muchas personas mayores hacia los más pequeños.

La gente joven está harta de ser "el futuro". Ellos son, sincrónicamente, seres ahora y aquí, no sólo un proyecto de adulto. Y también los niños. Por eso el UNICEF se ha unido a la iniciativa del Papa. Más diálogos intergeneracionales y más aprendizaje colectivo para salir de las burbujas, también las de los viejos, la de los jóvenes, la de los adultos, la de los profesionales, la de los que todo lo saben y controlan, la de los desorientados.